Mina

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Mina le tenía miedo a muchas cosas. La oscuridad. Los zombies. La tarea. Pero lo que más la aterraba era ser reemplazada. Si tuviera una lista de sus miedos definitivamente esa sería la número uno. ¿Por qué? Pues por muchas razones, una de ellas era de que su madre la había abandonado cuando era apenas una bebé para irse con su otra familia, tal vez no lo recordaba pero ella lo sabía y realmente le afectó saberlo, no comió por una semana entera. Eso era mucho para una niña de apenas 6 años, pero nadie se daba cuenta en el orfanato, los encargados tenían tantas cosas que hacer y tantos niños que revisar (y tratar mal) que quien se daría cuenta de que una pobre niña no comía.

Su padre nunca vino por ella, un día le prometió sacarla de ese lugar mientras encontraba un trabajo y un lugar donde viv0ir y cuál fue la sorpresa de Mina, dos meses después cuando estaba arreglando las flores del jardín vio cómo su padre iba caminando en el parque cerca del orfanato de la mano con una señora y una niña mientras comían helado. Se veían felices. Desde ese día Mina dejó de insistir para que la llevaran con su padre, no quería volver a verlos nunca, de eso Mina estaba segura.

Un día la nipona vio entrar a dos mujeres, una con unos dientes que parecían a los de un conejo, su aroma era una combinación entre cerezas y pino mientras que la otra era alta, tenía una gran sonrisa en el rostro y tenía el mismo aroma que la otra , entraron por la puerta principal- puerta por donde los futuros padres entraban para ver a quien quería adoptar.

Mina las miró sin acercarse mucho en todo el tiempo en el que estuvieron en el orfanato, en su corazón deseaba que ellas pudieran adoptarla, pero su mente descartaba esa idea. Ellas se veían tan amorosas y comprensivas que seguro merecían tener una hija mejor que ella. O al menos eso pensaba Mina.

Pero pasó lo inesperado, un día a Mina le dieron una muy larga ducha, cosa que no pasaba muy seguido, y fue llamada con todas sus cosas-las cuales eran pocas- a la recepción del orfanato, puso todas sus cosa en la mochila de pingüinos (como ella) que tenía y salió de la habitación que compartía con otras 6 chicas más.

Mina estaba asustada, varios pensamientos para nada positivos pasaban por su mente. ¿La echarían del orfanato?, ¿Si eso pasaba donde viviría?, ¿Se había portado mal?. La ansiedad y el miedo se apoderaban de ella en cada paso que daba hacía la gran puerta de madera vieja.

Cuando llegó a la recepción se encontró con las mujeres que observaba desde lejos, la mujer de dientes de conejo firmaba unos documentos, mientras que la mujer asentía a lo que la directora le decía.

Mina estaba confundida, se paró de puntitas en el mostrador y tocó la campana, las tres mujeres voltearon a ver y le dieron una sonrisa, la mujer conejo se agacho a su altura, le dio una gran sonrisa y le extendió su mano.

-Hola, pequeña. Mi nombre es Nayeon y ella es mi esposa, Jeongyeon- la pequeña niña volteo a ver a la última dándole una pequeña sonrisa mientras que estrechaba la mano de Nayeon-aunque realmente sólo podía agarrarle dos dedos por lo grandes de las manos de la otra.

- Mucho gusto, Myoui Mina - la pequeña les respondió sonriendoles y dándoles una pequeña sonrisa de goma

-Mina, te tengo una buena noticia- la recepcionista habló por primera vez

-¿Cuál es la buena noticia, señorita Kwon?

-Fuiste adoptada, pequeña - La señorita Kwon le dio una sonrisa mientras tomaba los papeles que Nayeon estaba firmando momentos antes.

Los ojitos de Mina brillaron en cuanto oyó esas palabras. Había estado soñando con ese momento desde que vio a su padre con su otra familia, ella quería tener eso también. Se moría de nervios por saber quienes eran. ¿La querrían? ¿Quiénes eran sus nuevos padres? ¿Serían buenas personas?¿o no?

Mina empezó a buscar con la mirada a otras personas en la sala pero solo estaban cuatro personas Nayeon, Jeonyeon, la señorita Kwon y ella . En ese momento su pequeña cabeza empezó a unir los hilos.

¡Nayeon y Jeonyeon la acababan de adoptar!

Mina no lo podía creer, estaba tan sorprendida, tanto que su pequeña boca se abrió en una pequeña "o".

Las adultas soltaron una pequeña risa por la tiernas reacción de la menor.

Mina rápidamente quitó su mochila de su espalda y la abrió en el piso, sacó una hoja doblada y se la entregó a Nayeon. La mayor la miró confundida.

-Es mi Curriculum, todo lo que sé hacer y me gusta está en esta hoja, al igual que el nombre de dos juguetes, se llaman Kino y Kira, también tiene un retrato que yo hice de mi y mis peluches. Ah también hay un espacio en donde ustedes tienen que llenar con sus nombres, sus cumpleaños ,sus apodos, y su dibujo.

-Bueno, pequeña, ¿por qué no lo abrimos en casa? y nos cuentas un poco de ti en el camino- Jeongyeon tomó la pequeña mochila mientras Nayeon tomaba entre sus brazos a la pequeña y salían juntas del edificio. Las adultas impregnaron rápidamente su olor en la pequeña.

La nueva familia pasó el resto de su tarde hablando entre ellas, diciendo y aceptando sus apodos -puestos por la pequeña, claramente.- Habían acordado que Nayeon sería mamá Conejo, Jeongyeon era mami gruñona y Mina era bebé pingüino.

Ese día Mina durmió entre los brazos de sus nuevas mamis feliz, tranquila y con un dolor de mejillas de tanto sonreír de felicidad.



Mis Mamis 2yeon (MICHAENG) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora