Uno de ellos es...
No sé como reaccionar en estos momentos, quiero gritar, quiero llorar también quiero salir corriendo pero no puedo.
Me prometí a mi misma que esta vez conseguiría el trabajo si o si. Pero no entiendo que hace acá, si hace menos de un mes cuando decidió irse, estaba en Estados Unidos. Quizá nunca se fue y solo fue una excusa para dejarme tal y como lo hizo.
Me siento en una pequeña silla, mientras los otros miembros me miran inquietos, mis nervios se hicieron notar mucho.
La mujer que está sentada a la derecha empieza hablar.
Por el gafete se que se llama Danna Evans.
—Buenas tardes señorita— Hecha un vistazo al papel que tiene sobre su escritorio—¿Azul? Que peculiar nombre.
—Buenas tardes—Trato de calmarme, necesito quedarme con el puesto.
El estúpido decide hablar.
—Señorita Mills, dígame ¿por qué razón necesita el trabajo?
Porque por tu culpa me quedé sin nada, imbécil.
La mujer que está sentada habla. Achico un poco los ojos para leer su gafete: Jade Sloop.
—Por favor no salga con la excusa de siempre, llevamos horas escuchando lo mismo: "No tengo experiencia pero haré lo mejor que pueda". Sea sincera.
Asiento con la cabeza. Bueno seré sincera.
Empiezo—A decir verdad yo tenía estabilidad económica, un buen puesto de trabajo. Pero perdí todo. —Miro a Joss— Quizá no les importe esto pero yo conocí a una persona que me hizo perder todo.
Mis ojos no pueden evitar llenarse de lágrimas pero no soltaré ninguna.
Joss mira hacia otro lado.
La Sra. Jade me observa por un momento. Hasta que decide hablar.
—¿Así que por eso estás aquí? —Asiento levemente. —Ahora quiero saber en qué eres buena.
Casi lo olvido, iba hablar sobre mi triste vida que ya ni al caso.
—Soy editora. Eso hacía en mi otro trabajo.-Respondo mirando con celo a Joss.
Esta vez la mujer más joven vuelve hablar.
—¿En tu anterior trabajo solo eras un simple editora? —Levanta una de sus delgadas cejas.
Me da tanta vergüenza solo recordar el pasado.
—Era editora en jefe.—Responde Joss por mí.
—¿Usted cómo sabe eso?—Pregunto.
La respuesta es obvio. Solo quiero molestarlo un poco. Infeliz.
—Solo lo suponía, ¿Acaso esta mal hacerlo señorita Mills?—Sonríe.
Cada que lo hace solo quiero sacarle los ojos.
—No señor, solo tenía curiosidad, eso es todo.
Sólo me queda agachar la cabeza. Me siento patética.
—Eso es todo señorita, nosotros la llamaremos. —Habla la mujer del medio.
Es la entrevista más rara que he tenido, no me preguntaron mi edad, nada.
Aunque todo eso está en mi hoja de vida, pero casi todos me lo preguntaban.—Gracias. —Salgo lo más rápido que puedo.
Solo quiero llegar a casa, quiero llorar no me siento bien.
Acelero mis pasos, siento como una mano jala bruscamente mi brazo.
Giro para ver quién es. ¡Oh sorpresa! Es el estúpido de Joss.
—¿Qué haces aquí?—Pregunta enojado.
Si hubiera un concurso de imbéciles el lo gana.
—¿Tienes el descaro de hablarme así, después de todo lo que me hiciste?—Ahora es mi turno de indignarme.
—Tu bien sabías que lo nuestro ya no iba más.—Me jala hacia un lado.—Vamos hacia otro lugar, no quiero que me vean aquí contigo.
Ajá, como si me fuera a ir contigo.
—Tengo muchas cosas que hacer.—De un manotazo quitó su mano de mi brazo.
—Sabes que yo nunca acepto un no como respuesta.
—Para todo hay una primera vez, ¿No crees?— Me alejo nuevamente.
Disimuladamente miro alrededor y por suerte no hay nadie.
Joss aprovecha eso para jalonearme más.—¿No te cansas de joderme la vida siempre?—Malditas lágrimas, están luchando por salir.
—¿Yo te jodi a ti? Por eso te dejé. Por patética.—Ya no puedo más. Quiero salir, alejarme de él pero cada vez sujeta más fuerte mi brazo. —Dejame terminar, escúchame, yo me voy a encargar que no te acepten aquí ¿Entiendes?
Con uno de sus dedos golpea mi cabeza.
—Metete eso en la cabeza. —Sujeta mi rostro bruscamente.
—Sueltame o voy a gritar.
Apesar de mis esfuerzos no me suelta.
—¿Acaso no escuchas? Dijo que la sueltes.—Tanto Joss como yo giramos nuestras cabezas para ver a quien pertenecía la tercera voz.
Es un hombre con traje, me parece muy conocido pero ahora no es momento de adivinar quién es.
Se acerca y toma mi mano, yo me quedo sorprendida.
Joss está confundido.
—¿Quién eres tú?—Pregunta Joss.
El hombre misterioso le responde.
—No querrás saberlo.
¡Wow! Que seguridad en su voz.
Aquel hombre me jala hacia la salida. No sé quién es. Pero estoy agradecida con él.
No puedo evitar sonrojarme, hace mucho tiempo no tocaba a un hombre, aparte de Joss...
—Gracias.—Digo débilmente.
—Así que si sabes ser amable. —Responde con sarcasmo.
¿Qué?
***
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NOCHE AZUL
FantasíaLas personas exitosas, las personas con poder, las personas con mucho dinero todas se ven como si fueran el cielo. Pero no, ellos son el cielo oscuro que controla nuestras vidas. ¿En dónde y a quién puedo convertir en cielo? ¡Ah! nosotros también...