Después de un gran día... unas cervezas

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William

2021

Llegamos a casa después del Royal Variety Performance, donde fuimos en nombre de mi abuela. Kate se había lucido totalmente esta noche, hasta uno de los comediantes se atrevió a elogiar su belleza.

—En serio, hoy estás preciosa —le dije mientras la ayudaba a bajar del auto.

—Sus altezas, con su permiso —Travis, nuestro chofer, nos dio un asentimiento de cabeza el cual respondimos con una sonrisa. Rodeé a Kate con mi mano en su cintura mientras veíamos a chofer irse.

Cuando se perdió de nuestra vista, mi esposa se giró a verme, rodeando mis hombros con sus brazos, nos sonreímos por unos segundos y luego ella me besó, era solo un roce de labios pero cualquier cosa que viniera de ella me resultaba mágico.

—En serio, hoy estás muy guapo —me imitó por lo cual solté una carcajada, besé su mejilla y la tomé de la mano para entrar a casa.

Todo estaba en total silencio, caminamos un poco y vimos a Maria esperando por nosotros como siempre solía hacerlo, ella ya era parte de nuestra familia.

—Buenas noches, ¿cómo les fue? —nos dio una sonrisa la cual devolvimos.

—Todo muy bien, estoy algo ronco de tanto cantar —dije para hacerlas reír.

—¿Cómo estuvo todo después de irnos? —Kate la miraba esperando noticias de sus pequeños.

—Saben que son unos ángeles, nunca me dan mayor problema, se acostaron a la hora de siempre luego de acabar su cena, eso sí, Lou me pidió que le leyera un poco antes de dormir pero fuera de eso todo muy bien —mi esposa la tomó de la mano mientras sonreía.

—Gracias por todo, ya puedes retirarte a descansar —se dieron un apretón de manos y la vimos perderse por el pasillo que daba a su habitación.

—Vayamos a ver a nuestros niños —la tomé de la cintura y subimos en silencio, sabíamos por experiencia que si nos escuchaban, se levantarían para estar un rato más con nosotros porque nos extrañaban.

Entramos primero a la habitación de Charlotte, dormía como un ángel, yo le acomodé mejor la cobija mientras Catherine le daba un beso en la frente y le susurraba que la amaba. Yo las observé y sin dudarlo ni un poco, había sido premiado con mis dos chichas, sonreí para luego dejar un beso también en la frente de mi hija y antes de salir le dimos las buenas noches.

—Buenas noches, Lottie.

—Buenas noches Mignonette —ambos nos miramos para sonreír y salir del cuarto de nuestra hija.

Nos dirigimos a la habitación de Louis, al entrar morimos de ternura, tenía a su peluche abrazado al cuerpo, una pierna fuera de la cobija y su dedo pulgar en la boca, ambos sonreímos al instante, nuestro pequeño era un travieso hasta para dormir.

—Sin duda salió a ti —mi esposa se burlaba mientras acomodaba a Louis bajo su cobija, yo reí y lo acomodé mejor en la cama.

—Claro que no, Lou Lou es todo tú —mencioné luego de dejar un beso en su frente.

—Es cierto, pero tú solías dormir horrible, fue dos años después de ser novios que aprendiste a dormir de una manera decente —me reí por lo bajo de su comentario y ella le dio un beso a nuestro hijo susurrando que lo amaba con locura, salimos de allí dándole las buenas noches.

—Buenas noches, Lou Lou.

—Buenas noches peque.

Caminamos unos pasos hasta la habitación de George que al entrar estaba todo en orden, le dimos un suave beso en la frente, Kate le hizo saber que lo amaba, lo vimos por unos segundos y pensé en lo lindo que son mis hijos.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora