Mientras dormía plácidamente escuche el sonido del despertador era uno de los sonidos que más detestaba, le di un manotazo tratando de apagarlo pero para mí mala suerte gracias a mi costumbre de dormir casi al filo de la cama termine estrellando me contra el piso, abrí mis ojos de mala gana y me levanté algo adolorida pero ya podía asegurar que no tenía ni una pizca de sueño, debía dejar está maldita costumbre de no dormí nada de noche y querer dormir la gran parte del dia.
Apague el despertador y camine lentamente al baño, no me emocionaba en absoluto el volver a la universidad y más cuando en el semestre pasado se había propagado el "chisme" de que tenía pene, lo cual atrajo a chicas curiosas a querer experimentar conmigo y a chicos de masculinidad frágil a querer hacerme bullying, ser intersexual no tiene muchas ventajas después de todo la mayoría te ven como un experimento o un bicho raro la gente no cambia sin importar cuántos años pasen.
Me di un baño rápido con agua fría y me cepille los dientes, me dirigí a mi closet el cual estaba lleno de ropa tanto informal como formal, decidí que debería ponerme algo simple unos jeans negros, una camiseta blanca y una chaqueta negra junto con unas botas negras me mire en el espejo de cuerpo completo que tenía en mi habitación y no me veía nada mal, peine mi larga cabellera peliroja la cual había heredado de mi amada abuela y por la cual me había puesto Dalia igual que las flores favoritas de mi abuela las dalias rojas, deje de pensar en recuerdos tristes extrañaba mi abuela pero debía seguir adelante, baje a la cocina.
Decidí hacerme un desayuno simple ya que no entendía bien esa manía de todos por asociar la universidad con vivir solo y ser independiente, claro tienes sus ventajas pero no todo es color de rosas pensé mientras terminaba de prepararme unos huevos con tocino, pan tostado y jugo de naranja, me senté a desayunar mientras revisaba mis redes sociales, solicitudes de amistad, mensajes entre unas 10 llamadas de mamá y papá, ¿Cuando se darán por vencidos? Tal vez nunca pensé terminando de desayunar para luego lavar los platos y lo que había ensuciado.
Al terminar de lavar y poner en su sitio los platos que había ensuciado, subí a buscar mi mochila y las llaves que había olvidado arriba, tome mi mochila y mis llaves baje apresuradamente asegurándome de dejar todo cerrado, salí cerrando la puerta con llave y tomando el ascensor para bajar al parking del edificio donde vivía, entre al ascensor y presione el botón del piso a dónde me dirigía para luego parar me en una esquina a enviarle uno que otro mensaje de texto a mi mejor amiga para saber si debía irla a recoger s su casa o si nos juntaríamos en la universidad.
Rápidamente tuve respuesta diciendo que la pasará a buscar, no me había dando cuenta cuando el ascensor se paró en uno de los pisos anteriores y subió una mujer la cual no había visto antes no preste tanta atención hasta que llegue a mi destino parecía que íbamos al mismo sitio, baje del ascensor y me dirigí a mi automóvil sin ponerle mucha atención, tal vez estaría visitando a alguien se encogió de hombros y subió a su automóvil un BMW negro deportivo, sali de allí rápidamente dándome cuenta que iba a llegar tarde en su primer día.
No tarde mucho en llegar a la casa de Julieta mi mejor amiga y la única que me soporta últimamente pensé mientras me detenía frente a su casa viendo cómo ella salía y subía a mi auto, la saludé y le di un beso en la mejilla.
-¿Esperaste mucho? Pregunté mientras volvía a ponerme en marcha ella nego viéndome con una sonrisa.
-No, me han dicho que una de los nuevos profesores dicen que es una mujer joven y muy hermosa dicen que terminó sus estudios en Europa y volví para dar clases aquí dijo Julieta mientras me miraba como si esperara una respuesta.
-¿Y? Pregunté con mi vista en el camino.
-¿Cómo que "y" Dalia? Tengo el presentimiento de que este año será divertido dijo sonriendo y suspiré mientras llegábamos al parqueo de la universidad.
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No sé si te estoy queriendo en silencio.
Roman d'amourLas apariencias engañan y las mentiras por muy bien dichas que sean no las convierten en verdad.