NUEVE

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JOAQUIN

Apenas había llegado a la puerta cuando Daniel entró corriendo y chillando. Había hecho un trabajo rápido para conseguir pasar por delante de sus padres, y sus preguntas concernientes a mis padres, hasta su habitación. Cerró la puerta y se dio la vuelta hacia mí, sonriendo alegremente.

—Estoy tan contento de que estés aquí.

Cuándo era más pequeño, lo había odiado. No porque él fuera malo, sino porque parecía una muñeca Barbie. Para desquitarme, había sido yo quien era malo.

—Yo también. —Contesté cuando se dejó caer sobre la cama al lado mío. Alejarme de mi madre y sus interminables quejas sobre mi papá fue un gran alivio. Ellos estaban oficialmente divorciados hace tres meses, pero todavía despotricaba contra él diariamente.

—Vamos a tener tanta diversión. El cumpleaños de Azul es mañana por la noche y tendrá una enorme fiesta en su casa. Hace una cada año. Te va a encantar y llegarás a conocer a todo el mundo.

—Entonces, Eduardo y yo hemos estado hablando de una excursión. Tal vez durante una semana a Cheaha. Vamos a invitar a Emilio, ya que el senderismo es lo suyo, y algunas otras personas. Tú, desde luego, vienes también. Después, Sebastian está en la playa todo el verano en la casa de verano de su abuela. Así que le dije que nosotros llegaríamos a visitarlo una semana. —Forzar una sonrisa era difícil pero de algún modo me las arreglé.

Empujando la reacción de Emilio a nuestro beso, tan lejos de mi mente como pude, puse todo mi interés en hablar con Daniel.

—Todo eso suena muy divertido. Estoy para lo que sea. —Le aseguré.

Inclinándose hacia adelante él tocó mi cabello y estudió mi rostro. Entonces su rostro se rompió en una enorme sonrisa.

—Tus rizos están hermosos.. —Daniel estudió mi conjunto ajustado—, tienes ropa con estilo.

—Decidí que es hora de un cambio —Respondí, incapaz de reprimir mi sonrisa.

—Bien, luces caliente.

Daniel se levantó y comenzó a quitarse las zapatillas que había estado usando con un short de verano negro que apenas llegaba a la mitad de sus rodillas. Era como si Dios hubiera decidido probar su mano haciendo algo perfecto y escogió a Dani como su experimento.

—Emilio dijo que te trajo a casa. ¿Cómo está él? ¿Quiero decir, está de buen ánimo?

No estaba seguro de cómo me sentía sobre Daniel todavía preocupándose por Emilio. No había esperado esto cuando planeé pasar el verano aquí. Habían pasado seis meses desde la ruptura.¿La gente normal sigue adelante en seis meses, verdad? Quiero decir, está con Eduardo ahora.

¿Todo no debería ser agua pasada?

—Él, uh, está bien. —Bien, también esto era una mentira pero quería protegerlo de mi primo. Él no querría que supiera que él todavía estaba afectado por él y Eduardo. Soltó un suspiro y se dejó caer de nuevo sobre la cama plegando sus piernas debajo y frente a mí.

—Bueno. Él y Eduardo tuvieron una especie de intercambio de palabras en el campo esta noche. Tuve que saltar en los brazos de Eduardo para impedirles que se hagan pedazos. Es por eso que él se marchó y terminó en Wings.

No los había visto pelear desde que éramos niños. Seguramente, no se peleaban por Daniel todavía.

—¿Qué sucedió? —Pregunté, sabiendo que probablemente no quería escuchar esto.

—Cosas estúpidas. A Eduardo no le gustó el modo en que Emilio me habló. No era gran cosa pero Edu se molestó de verdad y pasó a la defensiva. Todavía no han encontrado la manera de manejar el que yo esté en medio.

La última vez que yo había estado sentado en su cama hablando de los chicos Osorio, le había dicho que tenía que dejarlos ir a ambos. Incluso entonces, yo sabía que él no sería capaz de hacerlo.
Ellos eran una parte importante de su vida. Eduardo sobre todo.

—¿Emilio está teniendo citas? —Pregunté, tratando de sonar tan casual como era posible.

Daniel dejó salir una risa corta. —Yo quisiera.

Esto era extraño. Él era magnífico, talentoso, atlético, amable y divertido, ¿Cómo alguien como él pasó seis meses sin que lo engancharan en una cita?

—¿Ni siquiera una cita?

Daniel se encogió de hombros y tiró las rodillas hasta su barbilla, envolviendo sus brazos alrededor de la parte delantera de sus piernas.

—Creo que tal vez una o dos citas. No estoy seguro. No le pregunté, realmente. Emilio todavía actúa extraño a mí alrededor y Eduardo se pone muy territorial si menciono a Emilio. No le gusta que hable mucho de él.

Qué triste para Emilio.Daniel había sido una parte importante de su vida, desde que ellos tenían doce años. Ahora, él no podía realmente hablar con Daniel nunca más, sin Eduard permanentemente sobre ellos. Tanto como quería que Emilio superara lo de Daniel, no me gustaba imagen en mi cabeza. Emilio, solo, me molestaba. Él no se merecía esto. Había sido tan bueno con ambos. Welcome to the Jungle comenzó a sonar y Daniel alcanzó su celular de la mesa al lado de la cama.

—Tú no puedes estar ya en la cama. —Ronroneó mi primo en el teléfono. Tenía que ser Eduardo. —

¿En serio? Oh, bien, bueno está bien. Me alegra que los dos estén juntos. —Mis oídos reaccionaron y estudié mis uñas tratando de aparentar como si no estuviera completamente curioso sobre esta conversación.

—Te amo también. Sé cuidadoso y recuerda que él no bebe mucho, así que llévalo a casa seguro.

—¿Estaba Emilio tomando? ¿Con Eduardo?

Dani sonrió. —No, yo te amo más.

Oh, por favor.

—Lo mantendré al lado de mi almohada. Llámame tan pronto como llegues a casa.

—Sí, nos estamos poniendo al día. —Levantó sus ojos para sonreír alegremente hacia mí.

—Bien, te amo, ¡Adiós! Dejó caer el teléfono en su regazo y soltó un suspiro feliz.

—Sé que no te gusta cómo fueron las cosas y que Emilio fuera lastimado, pero amo tanto a Eduardo, Joaquín. Lo haría todo de nuevo si yo tuviera que hacerlo. Odié lastimar a Emilio, yo realmente lo hice. Nunca he sido tan feliz. Edu es maravilloso. —Su voz fue toda soñadora y luché contra el impulso de hacer rodar mis ojos.

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2.- YO SOY TUYO (EMILIACO) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora