Capítulo 1

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Nací bendecida con unos padres amorosos con una vida normal, era una chica universitaria que vivía alegremente sus días en una hermosa ciudad, hasta que un día cuando regresaba de casa compré un libro que una mujer estaba vendiendo en un puesto, en realidad me pareció raro verlo pero ¿qué podía decir?

Estábamos en una universidad donde los estudiantes leen toda clase de libros y ciertamente no importaba mucho, cuando me acerque solo vi la portada del libro que poseía un gran dragón rojo imponente, donde su ojo dorado parecía mirarte, en realidad me dio un horrible escalofrió pero cuando lo tomé note algo.

Su título era "La danza del dragón"

Me pareció realmente interesante pero solo me quede viendo como si esperara algo más.

-Su tapa es de doble color.

La voz de la mujer me hizo mover el libro como si supiera de qué hablaba, el dragón pasó a ser un caballero que portaba una armadura tan oscura como la obsidiana y unos ojos rojos intensos como si de sangre se tratara.

-Puedes llevártelo a un precio accesible -sonrió la mujer amablemente, sus ojos verdes me miraron para animarme-, se ve que el libro te llama mucho la atención.

Miré el precio, en realidad era una ganga y para ser un puesto de segunda mano no se veía en mal estado, tampoco lo pensé mucho así que saque mi cartera y pague por él.

-Al fin lo vendí...

El susurro de la mujer fue casi inaudible pero no le tomé mucha atención, seguramente llevaba tiempo con el intentando venderlo a alguien pero extrañamente hoy fue su día de suerte.

Comencé a leerlo una vez que llegue a casa, mis padres llegaban tarde del trabajo así que cene algo mientras comenzaba mi lectura.

El personaje principal era una joven santa que fue vendida desde niña por su familia, Junny Fresta, estaba evitando que la enviaran a cuidar al último dragón, porque ella sabía que si tocaba el lugar donde ese ser habitaba estaría muerta.

La trama no era mala, Junny comenzó a relacionarse con el príncipe para que la salvara de ese destino, ella jamás quiso enamorarlo, solamente deseaba deshacerse de su mala suerte y vivir una vida por su cuenta pero ahí estaba la antagonista.

La villana Luna Whither la hija de un duque que toda su vida entreno para ser la emperatriz, se vio opacada por la heroína e ignorada por el príncipe, ante su desesperación por conseguir el puesto de emperatriz comienza a tramar una guerra contra la santa sede que estaba a favor de Junny cegados por el poder.

Nunca vi un romance entre los personajes, era más el poder político e incluso parecía ser una novela que solo describía la desesperación de los personajes, era extraño pero por lo poco que entendía de la trama, el dragón fue despertado de su letargo y la santa sede culpo a Luna, cuando capturaron a sus padres y descubrieron la traición, su cuello termino en una guillotina sin juicio.

No podía creer lo cruel que era el libro pero aun así Junny fue mandada a calmar al gran dragón para evitar una catástrofe en el reino.

Una llamada atrajo mi atención del libro, era mi madre al teléfono, me pidió que fuera a comprar varias cosas al súper aunque me pareciera extraño, era tarde.

Debo admitir que no era tan raro su favor, lo que me parecía extraño era que no regresaran temprano mis padres y más, si por lo general ellos compraban la cena.

Tomé mi suéter y un paraguas, el cielo nublado hacia ver que en cualquier momento se pondría a llover, así que a paso rápido camine hacia el súper que estaba a varias calles de mi casa.

La compra no tarde casi nada pero al salir estaba lloviendo a cantaros.

Toda la gente se quedo refugiando en el local extrañada por el terrible clima, compré un café y lo tomé con calma en lo que la lluvia bajaba.

-Pareces perdida.

La voz de un joven llamó mi atención.

Miré a mí alrededor, era la única que estaba ahí, no me moleste en responder, era sospechoso.

-Eres mala fingiendo ignorarme.

Esta vez giré en su dirección con mala cara, lo único que vi fue un chico con capucha y con una mascarilla de tela negra.

-No me hables -dije cortante para después ignorarlo.

-Mala elección de palabras, Luna...

Me quede estática ante ese nombre, que clase de broma ridícula era esta, cuanta coincidencia debía haber para que me llamara así.

Comencé a caminar a la salida, aun estaba el diluvio pero poco me intereso, abrí mi paraguas que parecía que cedería ante la intensa lluvia.

Lancé una última mirada al lugar donde estaba el chico y lo que vi fue un ojo de color rojo brillando por debajo de la capucha.

-Nos veremos pronto, mi querida Luna.

A pesar de la distancia y el ruido de la lluvia en mis oídos, lo escuche con claridad. Alzó la mano y su ojo brillo con intensidad.

Un estruendo y una gran luz fue lo último que vi.

La Bailarina Del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora