El lodo casi llega a mi cuello, el hondo y espeso bache por el que caí tiempo atrás, ahora se ha convertido en un abismo. Hace años que no puedo salir, con cada movimiento me hundía más, pero los últimos días he permanecido en total calma.
Nunca tuve una razón para manotear esperando salir, aunque tampoco quería ahogarme, por lo que construí motivos, busqué un objetivo para intentar perseguirlo, y finalmente perseguí fechas que yo misma propuse, todo para sentir que había algo que me quedaba por hacer, quería sentir que podía vivir, pero me cansé de dedicar el tiempo en crear misiones que no me satisfacía completar.
No tengo claro cuándo empezó, pero las misiones dejaron de cumplirse, el tiempo transcurría más rápido. Vi el cielo cambiar cada día, los árboles vestirse de cada estación, incluso vi a las personas a mi lado vivir, pero yo seguía en el mismo lugar, con la misma ropa y el mismo peinado.
Fueron días, meses o años, no lo sé, parecía que mi vida era la única que permanecía detenida interminablemente aunque el tiempo pasara sobre mí. Había gente a mi alrededor que de a poco se fue, a otros tantos los alejé sin temor a olvidarlos, ellos jamás pausarían su vida para reanudar la mía, es así como un pequeño cráter en la tierra se convirtió en un abismo al que caí sin oponerme, dejando que el lodo me cubriera.
Ahora mismo miro al cielo gris que anuncia lluvia, el lodo nunca se agota en ese lugar. La resignación me ayuda a sobrellevar la situación, el lodo me consume hasta dejar sólo mi rostro por fuera. En las orillas del abismo creo ver cuervos ansiosos por mi cadáver, pronto, sólo esperen un poco más.
El lodo casi cubre todo mi rostro cuando un rayo de luz golpea uno de mis ojos. Siento escuchar los pasos de alguien, es una figura blanca con un vestido azul turquesa y el cabello lacio, eras tú.
Mis manos con desesperación intentan hacerme salir, mis piernas aún tienen fuerza para correr trás de ti, pero es demasiado tarde. Comienzo a recordar los momentos que pasé contigo y mi ansiedad aumenta, no puedo volver.
Mientras más intento salir siento que más me hundo, y con ello te recuerdo, quisiera usar mis recuerdos y dejarte ir, pero entre más busco no consigo nada y en cambio me hundo, quiero aferrarme a ti, pero es tarde, el lodo casi me ha consumido, sólo me queda un ojo, acércate.
Quiera decirte que fuiste una rebobinación en mi vida, sólo tú paraste a reanudarme, aún si eso costaba bajar la velocidad de tu recorrido, lamento haberte alejado de esa manera, no hay justificación válida, realmente lo siento, fuiste la luz que necesité, pero yo no podía quedarme, no debía interrumpir tu vida, tú debías seguir y olvidarme, lo has hecho ya.
Si pudiera salir de aquí quisiera decirte que no te sientas culpable, vive tu vida y borra tus recuerdos sobre mí, lamento hacerte desperdiciar tanto tiempo, y por último, te diría que yo también te quería, pero no podía hacerlo. A veces pienso que debí enviar ese último mensaje que te escribí, pero tal vez es mejor así, es mejor si me olvidas, aún si yo no pude olvidarte a ti.
Fuiste la mejor parte de mi vida, lo único que valió la pena, pero no debías estar aquí. El lodo me ha cubierto por completo, ese mensaje decía: Gracias, y lo siento.
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Gracias y lo siento
Short StoryHay un momento en la vida cuando te das cuneta de que no has avanzado ni un centímetro en ningún aspecto, incluso has dejado que el lodo te consuma sin darte cuenta de qué tan abandonado estás. Es un pequeño cuento de una mujer en resignación, pero...