𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 5

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El día inicio normal

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El día inicio normal.


En el palacio y el reino entero todo andaba como cada mañana.

Los trillizos terminaban con sus deberes. Solo que ahora con una diferencia, debían ser seguidos por tres escoltas cada uno.

Al cruzarse por el pasillo, los tres hermanos se miraban incómodos. No era lo mismo charlar con esos tipos mirándote todo el día.

-entonces... -comenzó Manic-, ¿Cómo les ha ido hoy?

-genial -sonrió su hermana igual de incómoda.

Sonic se sentía ansioso.
Esto lo notó Sonia, pensó que podía ser por los tipos detrás de él. Y en parte tenía razón.

aún estaba enojada por lo de la noche anterior, seguía buscando una razón para poder vengarse de sus hermanos. Pero primero debía hayar una, una buena.

-entonces hoy vienen a tomar el té los amigos de Sonic. -indagó.

-así es -le siguió Manic-, aunque no estoy tan seguro de si deberíamos llamarlos "amigos". No los conocemos

El cobalto miró ofendido al mayor. Ya habían tenido esa conversación.

-Manic, otra vez no. -advirtio.

Sonia por otro lado, pareció aparecer una bombilla sobre su cabeza.

Era su oportunidad.

-no lo sé, Manic podría tener razón. -intentó sonar desinteresada.

-¿Tu también? -exclamó Sonic frustrado

Sonia sonrió internamente.

-solo digo. Podrían ser brujos que desean apoderarse del reino, uno nunca sabe.

-eso mismo pensé. -siguió Manic

Su plan era hacer enojar a sus hermanos y que la dejarán de molestar con sus historias. Primero iría por Sonic, y luego a por Manic.

Su plan salió de maravilla, pues el primero reaccionó mal ante semejante acusación hacia aquellos que lo ayudaron.

-te equivocas Sonia, no puedes juzgar así a un desconocido.

La eriza negó sonriente.

-claro que puedo, hermanito. No debemos confiar en los desconocidos, ¿recuerdas?

El menor frunció el seño. Había utilizado sus propias palabras en su contra.

-Esto es por lo de ayer, ¿cierto?

Estaba casi seguro, ¿Por qué otra razón su hermana actuaría así?

-¿Qué?, no, claro que no -negó-. Solo tengo curiosidad por los invitados.

Ante lo último sonrió.

-seh. Y que no podamos confiar en ellos es algo que no puedes negar, hermano.

𝐋𝐀 𝐋𝐄𝐘 𝐃𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora