Una historia corta, elaborada junto a mi amigo Ferozyraptor, en la que Miko y Five deberán encarar las consecuencias de toparse con un Glitch perteneciente a un juego de Simulador de Citas
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Esta historia comienza como bien podría hacerlo cualquier otro día dentro de nuestra tienda de Hinobi, es decir, con nuestros queridos High Five y M-KO teniendo una tranquila pero acalorada discusión respecto a un cierto juego de una cierta temática en la que Five había comenzado a incurrir hace poco...
-¡Por favor, Five! ¡Literalmente tenemos un catálogo infinito de juegos para probar y pasar el rato mientras trabajamos aquí, y tú decides pasar de ellos y perder el tiempo en esta...esta...CURSILERIAS!?- Preguntó Miko, visiblemente contrariada y algo ofendida al momento de apuntar sus dos manos a Five y a la consola portátil que este último tenía en las manos.
-No sé qué tiene de malo, Miko. Es decir, mucha gente juega juegos de este estilo. Y esta nueva entrega que salió hace poco no está nada ma...- Intentó refutar Five, quién, a diferencia de su compañera, se mostraba completamente tranquilo y más ensimismado en su juego que en la propia conversación con la chica de cabellos violetas.
-¡Wow! ¡Wow! ¡WOW! ¡En primera, esa COSA no es un juego!- Afirmó la muchacha, interrumpiendo así al chico, segundos antes de fruncir las cejas y apuntar con desdén al lugar donde se introducían los mini-discos de la consola antes de continuar diciendo con molestia...
-¡Y en segunda...! ¿¡COMO SERÍA POSIBLE QUE "MI PEQUEÑO CORAZÓN SE DERRITE Y SE ENSANCHA CUANDO ELLA ME VE 3" NO ESTÉ "TAN MAL"!?- Preguntó la muchacha, leyendo el título en voz alta para así enfatizar su punto.
-Pues...la trama y el desarrollo es interesante. Y la IA que diseñaron para la protagonista en esta entrega está bastante...- Empezó a explicar Five, poco antes de ver cómo, a la mitad de su charla, Miko dejó escapar un profundo suspiro de fastidio absoluto, previo a dejarse caer detrás de una silla de escritorio, sobre la cual luego empezaría a girar mientras alargaba deliberadamente su gemido y dirigía su expresión aburrida hacia el techo.
-¡Vamos, Five! Ya he tenido esta discusión en Internet con otros cientos de personas antes... Los simuladores de citas ¡NO! cuentan como videojuegos.- Afirmó Miko, provocando así que tanto Five y, de manera irónica, la pareja virtual de su juego, se llevarán una mano a la boca para amortiguar un ligero jadeo de sorpresa por lo que acababan de oír.
