Eres más que eso

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William

2022

Estábamos acostados, mi brazo rodeaba la cintura de Catherine quien ya dormía como un ángel. En mi cabeza, repasé todas las cosas que teníamos que hacer mañana. Charlotte tendría su primera feria de ciencias donde expondría la erupción de su volcán, nos había costado tres días en averiguar cómo hacerlo funcionar pero resultó bien.

Por otro lado, teníamos a George, quien presentaría un pequeño acto de ballet para obtener puntos extras, aunque sabía que lo hacía por simple gusto; al igual que Charlotte, le encantaba bailar.

Y por último teníamos a nuestro travieso Louis, expondría por primera vez su árbol genealógico. Kate lo ayudó con eso y había quedado hermoso. Ahora que lo pensaba teníamos la mitad del día bastante ocupada.

Sentí a mi esposa moverse, así que lo hice también para que ella pudiera buscar su mejor posición. Me quedé boca arriba y como si mi yo fuera un imán, ella se abrazó a mi cuerpo dejando su cabeza en mi cuello; solo pude dejar un beso en su frente, rodearla con mi brazos y el sueño me ganó por fin.

Sentí la alarma sonar, Kate la detuvo y se levantó de la cama para adentrarse al baño. Escuché la puerta cerrarse así que yo solo me dediqué a dormir unos minutos más.

—Will, arriba —escuché su voz y luego una suave caricia en mi rostro—. Vamos, cariño, tenemos cosas que hacer hoy —abrí mis ojos y la vi, parecía un hermoso ángel. La tomé de la cintura para hacerla rodar en la cama, ella me tomó por los hombros y soltó una carcajada; la dejé debajo de mí sin perderme ni un solo segundo de esa sonrisa.

—Sabes que no puedo despertarme sin mi beso de buenos días —me sonrió para unir sus labios suaves con los míos. Con mi mano, me ayudé para quedar entre sus piernas y fue cuando ella me detuvo.

—El mañanero lo dejaremos para otro día, bella durmiente —me dio un último beso y se libró de mí; yo solo me senté en la cama.

—Que aburrida eres y ¿cómo que bella durmiente? —le pregunté antes de entrar al baño.

—Sí, porque necesitas un beso de amor verdadero para poder despertar —ella me lanzó un beso al aire y solo pude reír para perderme en el baño.

Kate y yo somos un equipo, teníamos el apoyo de María pero cuando teníamos días libres, nos encargábamos de hacer todo nosotros. Creo que en eso siempre estuvimos de acuerdo, no trajimos esos niños al mundo para que otra persona los atendiera.

Al salir de mi habitación pude notar que George ya estaba despierto, recibiendo indicaciones de su mamá, así que me adentré al cuarto de Charlotte.

—¡Buenos días, Mignonette! —me senté en la orilla de su cama mientras la movía despacio.

—Buenos días, papi —me extendió sus brazos así que la cargué para que terminara de despertar. La llevé al baño y la ayudé a con su aseo personal; la ayudé a vestirse y luego tocaba el turno de Kate.

Ambos salimos de su habitación y bajamos, George me abrazó para darme los buenos días y pude notar que mi esposa estaba haciendo el desayuno; me dio una pequeña seña de que fuera por Louis y yo le hice otra para que peinara a nuestra hija.

Louis hizo todo dormido, lo alisté y peiné para poder bajar con él cargado para que desayunara algo antes de salir. Lo senté en la silla de siempre y dejé que terminara de despertar.

—Buenos días, Lou Lou —Kate dejó un beso en su frente y este pudo reaccionar.

—Buenos días, mami —yo me senté a comer con los niños mientras ella terminaba de alistarles la lonchera. Conversé con los tres mientras tanto, les preguntaba que si estaban preparados a lo que emocionados dijeron que si, aunque un poco nerviosos.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora