Ella

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El sentimiento de perder a una persona amada no tiene comparación con cualquier dolor

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El sentimiento de perder a una persona amada no tiene comparación con cualquier dolor. El saber que ya nunca volverás a verla a tu lado, que no volverás a escuchar su voz, disfrutar de su presencia; todo eso mezclado con la desesperación de verla desaparecer dentro de un ataúd en las profundidades de la tierra, se llevaron la poca cordura que le quedaba a Gulf. Un extraño dolor estranguló todo su ser, y aferrándose al cuerpo de su padre lloró todo lo que nunca se pudo imaginar por su madre.

Saelim sintió como todo su mundo se derrumbaba al ver a su hijo entre sus brazos, destrozado y soltando todo ese dolor que consumía su alma. Las lágrimas se precipitaron tan pronto la primera palada de tierra golpeó contra la pulida madera que contenía el cuerpo de su esposa, y acariciando los cabellos de su hijo sollozo en silencio.

Nunca en su vida había visto a Anong tan vulnerable como cuando la había dejado esa noche después de descubrir el daño que le había provocado a Gulf, y tampoco la había visto llorar por su hijo menor. Siempre había sido una mujer dura, de temperamento corto y volátil, sin embargo, ahora se daba cuenta de lo herida que se encontraba. La había amado como lo que era, su esposa, una mujer fuerte y dispuesta a todo por salir adelante... y ahora se había ido.

El cuerpo de Gulf tembló tratando de contener los sollozos que escapaban de sus labios, pero cuando su padre lo separó de su cuerpo para poder lanzar una rosa dentro de la tumba, sintió como todo a su alrededor se desmoronaba. Conocía a la perfección ese sentimiento, la desesperación por querer saltar e irse con su ser querido. Como cuando Type se había ido, apretando sus puños se giró de inmediato, no pudiendo soportar más con el dolor de ver partir por fin a su madre. Jamás se hubiera imaginado que el perderla le causaría tanto dolor. Porque a pesar de todo el dolor y el daño que le había causado, esa mujer era atesorada por su corazón, más de lo que cualquiera hubiera imaginado.

Mirando como poco a poco se desmoronaba, Mew lo tomó entre sus brazos escondiendolo de todo y besando sus cabellos en una forma de tranquilizarlo, y calmar el dolor de su corazón. Gulf podía haberla odiado muchos años, pero ahora que ya no estaría más con él, la necesidad por sentirla a su lado había explotado como un feroz incendio, quemando todo a su alrededor.

Las suaves gotas de lluvia, acompañaron a las últimas palabras de despedida, y tan pronto como la gente comenzó a salir del lugar, la fuerte llovizna se desató contra el suelo, mojando la lápida con las palabras... Anong Kanawut. Amada esposa, querida madre...

Mew ayudó a Gulf a quitarse la ropa cuando llegaron a la casa. El cuerpo le temblaba como gelatina, y si pasaba un segundo más de pie sabía que terminaría de bruces sobre el suelo. La doctora le había advertido sobre los calambres que comenzaría a sentir tan pronto entrar en su tercer mes de gestación, sin embargo, no se los había esperado tan pronto. Mew no decía nada a su lado, solamente se dedicó a masajear con cuidado sus pies, y dejando suaves besos sobre sus pantorrillas cada vez que Gulf cerraba los ojos, logrando que sacará una suave sonrisa.

¿𝑮𝒖𝒍𝒇 𝑲𝒂𝒏𝒂𝒘𝒖𝒕 𝒐 𝑻𝒚𝒑𝒆 𝑲𝒂𝒏𝒂𝒘𝒖𝒕?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora