Tipos de familias

41 4 6
                                    

Irene y Helena se encontraban sentadas en el sofá del gran salón cuando la señora de la casa le extendió una invitación para una fiesta que se llevaría acabo muy pronto, estaría mintiendo si les dijera queridos lectores, que a Irene no le tomo por sorpresa en lo absoluto, puesto que su amiga llevaba hablándole sobre eso mismo hace un par de semanas atrás, pues en un inicio se trataba meramente de una cena familiar, aunque poco a poco termino convirtiéndose en algo mucho más grande.
La abuela de Helena cumplía sesenta años y quería festejarlo en grande, con familiares y amigos, si pudiera habría organizado la celebración en su propia casa, pero no quería tener que recoger el desorden después, o más bien vigilar que alguien más limpiara bien su hogar, por lo que la madre de Helena se vio obligada a ofrecer su casa, después de todo, el extenso patio de la residencia podía ayudar a mitigar un poco el caos.

-Espero que puedas acompañarnos-le dijo la madre de Helena con una gran sonrisa en el rostro-Tu familia puede venir también, así no te sentirás tan sola.
-Oh, a mi abuela le encanta conocer gente nueva todos los días-agregó su amiga con un pequeño desliz de cansancio en su voz-Te va a adorar-Irene no conocía mucho a la demás parentela de su amiga, solo era consciente de que tenían bastante dinero y solo podían pensar en conseguir más y más a medida que avanzaban los años.

Eso si, eran bastante amables y llenos de carisma, solo esperaba que ambas partes congeniaran lo suficientemente bien como para no presentar algún conflicto.
Pero la sola idea de la fiesta le emocionaba, no era algo tan formal, pero la idea de acudir a una celebración en una casa tan grande y elegante, le planteaba la idea de quizás por una noche vivir la fantasía de ser una de esas jóvenes debutantes en la época de la Regencia, claro que no esperaba bailes o algo similar, pero eso no quitaba el hecho de que se encontraba bastante felíz.

__________________________

-La fiesta de la abuela será este sábado-le recordó Lalo mientras examinaba una de las piezas que debía colocar en su maqueta-¿Vas a venir, verdad?-Adrián estaba terminando de cortar un trozo de cartón con ayuda de un cuter, respiro hondo, pues temía que el corte no fuera preciso y representara algún problema para el trabajo de su amigo.
-Creí que solo era para amigos y familiares-hoy no estaba de buen humor, había tenido una discusión con su madre esa misma mañana.

Y todo por el maldito partido de fútbol. Había perdido los estribos dentro de la cancha de nuevo, un tipo, regordete y lleno de sudor lo había empujado y por ende Adrián salió volando por los aires, no conforme con eso, lo golpeó con el codo excusándose en que fue un simple accidente y tras más eventos así, Adrián supuso que era hora de enfrentarlo y mandarlo a callar de una buena vez. Justo cuando la pelea estaba comenzando, su madre lo saco de la cancha y se puso a reclamarle enfrente de todos por su aparentemente "falta de humildad".
Últimamente odiaba mucho esa palabra, ¿qué le había dejado ser humilde?, nada, ni a él ni a su familia.

-Bueno, no es algo que yo eligiera, pero eres mi amigo-Adrián lo miro un momento, para después, atreverse a cortar aquel trozo de cartón, sonrió con satisfacción al ver el corte prácticamente perfecto, alineado, justo como debía de ser-Y de Samuel y de Helena, te guste o no, ya eres amigo de la familia-Lalo termino de examinar la pieza y le agrego un poco de pegamento antes de colocarla en la base.
-¿Qué hay de mis padres?-esa pregunta era un poco capsiosa, casi por naturaleza, pero al parecer su amigo no lo notó, pues además de pelearse con su madre gracias al estúpido partido, también saco a relucir otro tema que ya estaba bastante cansado de explicar.

Ella le recriminó todo el tiempo que se la pasaba con Lalo, como prefería a "esa familia de riquillos" antes que a la propia. En realidad no era así y támpoco es que se la viviera en casa de los Valencia, pero cuando estaba en su casa...el ambiente de por si ya era pesado y difícil de manejar, siempre existían discusiones por detalles mínimos y tontos, a veces él mismo terminaba en discusiones que ni siquiera le correspondían, por lo que no es que no quisiera pasar tiempo con su familia, pero si prefería la tranquilidad de la casa de Alexa, donde todos parecían ignorarla y prestarle más atención a los partidos de fútbol de sus equipos favoritos que a su propia hija, o en todo caso la compañía de Lalo, sin importar si estuvieran en casa de su familia o no; lo único que buscaba era un poco de paz dentro del caos que representaba su mundo.
Su madre también le hizo creer a todos en aquella vecindad que se avergonzaba de su origen, cuando no había nada más alejado de la realidad.

Delirios Juveniles #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora