VI

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Se encuentra empapado de agua con jabón bañando a los caballos del Duque, después de eso, a cada uno les da comida, luego corta el pasto y poda los árboles. Su mente se ha mantenido ocupada los últimos días, pero inevitablemente, flashbacks del día en que conoció al Príncipe llegan a su mente perturbando sus actividades y sacándole una pícara risita, luego es interrumpido por el mismo Duque Mendes quien le avisa su salida de la Mansión debido a unos asuntos relacionados a la empacadora de alimentos -de la cual es el dueño- que debe atender, no sin antes recordarle que no tardan en llegar el arquitecto y los constructores para trabajar en el proyecto y le encarga esté al tanto de que cumplan con las labores acordadas para esa mañana.

 —Claro, sólo que aún me falta terminar de limpiar las caballerizas. —Informa con unas bolsas de basura en las manos.

—De hoy en adelante te encargarás de supervisar la obra en construcción, me darás informes y comprarás lo necesario, lo que solicite el ingeniero. —Le avisa con una sonrisa que expresa alegría pura.

—¿De verdad? —Pregunta asombrado y deja las bolsas que lleva cargando sobre el suelo.

—Sí, Louis, mereces el ascenso, te has ganado mi confianza y nadie mejor que tú para delegar este proyecto. —Asiente y da media vuelta para salir al patio.

—Muchas gracias, no le voy a fallar. —Le grita a la distancia a lo que el Duque agita su índice hacia el cielo sin mirar atrás.

Fue en busca de algún otro trabajador para que llevara las bolsas con la basura a otro lugar. Después de unos minutos llega el ingeniero y el grupo de trabajadores de la construcción y los guía al fondo del Palacio, en donde será construida la pequeña finca que no será tan pequeña como la describió el Duque, cuando los hombres comenzaron a medir el terreno, supo que sería más grande que la manzana en donde está ubicada su casa.

Opta por colocarse bajo un árbol, a pesar de que el clima es helado, el sol quema y los rayos podrían hacerle daño o provocarle un golpe de calor. Luego el ingeniero le entrega una lista de materiales que se van a necesitar y el promete tenerlos mañana a primera hora para que comiencen al fin a trabajar.

Decide entrar al Palacio, la tarde ya está cayendo y con ella la hora de regreso a casa. Esperará al Duque para darle la lista de materiales o en su caso recibir órdenes de surtirlo en ese momento y luego marcharse.

—Creí que ya te habías ido. —Se encuentra a Shawn en la pequeña cocina de empleados.

—El Duque me encargó un trabajo y apenas me he desocupado, debo entregarle esto. —Levanta el papel entre sus manos.

—¿Qué es? —Pregunta curioso.

—Son los materiales que se ocupan para construir la finca. —Explicó sirviéndose un vaso de agua.

—Ah. —Dice despreocupado. —¿Mi padre te ha encargado eso? —Vuelve a preguntar al darse cuenta lo que le había dicho. 

—Sí. —Gustoso responde haciendo sus ojos más pequeños por la amplia sonrisa que le muestra. 

—Louis, te ha encargado algo muy importante, sabes que mi padre tenía bastante tiempo deseando construir esa finca. —Replica alegre acortando la distancia entre ambos para palmear con fuerza su hombro.

Él asiente gustoso y sonríe de manera que sus pómulos se marcan y la piel que los cubre sube casi hasta sus ojos formando algunas líneas de expresión a los costados que ante sus ojos son terribles y le hacen lucir unos años más pero cualquier persona diría que son adorables y armonizan su rotro. Luego peina hacia un lado los lacios cabellos que le han caído en la frente tras los eufóricos golpecillos que Lord Mendes le ha propinado.

Who are you in the dark? | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora