Un año después de mi primer reencuentro con Yoongi después de cinco horrendos años, me encontraba aquí. Siendo muy feliz.
Mi pequeña familia era algo disfuncional, pero era perfecta. Teníamos nuestras diferencias, pero lograbamos salir adelante.
Dedo decir que ahora tengo que lidiar con dos seres refunfuñones que hacen equipo contra mi. Hye cumplía seis años y cada vez se parece más a Yoongi. Si alguna vez creí que yo era el alma gemela de mi prometido, estaba equivocada, Hye y él eran almas gemelas.
A decir verdad, jamás creí que el fuese a quedarse. Nunca me tomé en serio nuestra relación hasta que el me pidió la mano. ¿Recuerdan? sí, en Paris. Desde ahí confié plenamente en el.
Yoongi era un hombre poco confiable a mi parecer, teníamos mucha atracción y tensión sexual incluso desde que nos conocimos, pero jamás creí que sería algo serio, es decir, ¡vamos!, lo conocí en un club para mayores de edad bastante exótico, pero a decir verdad se convirtió en un cliente más que frecuente y asistía religiosamente de lunes a viernes.
Cuando no estaba yo para ofrecer mis servicios de baile y performance el solo bebía en la barra rechazando cualquier compañía, o eso es lo que decía el manager del club, destacando que este que ofrecía otro tipo de servicios también.
Yoongi jamás pidió sexo hasta que salíamos formalmente fuera del club, hasta que comenzamos una relación mas íntima. Justamente por eso que me quedé con el. Jamas juzgué su estilo de vida ni comportamientos, porque él nunca cuestionó los míos, ni me señalo con el dedo.
De momento nos encontrabamos viviendo en Corea junto a Hye, estabamos de vacaciones en Daegu por un tiempo. Yoongi quería pasar tiempo con su hija y prepararle un cumpleaños extraordinario para sus seis.
Hye se encontraba coloreando sus invitaciones para repartir en su curso, estudiaba en una primaria de primera categoría y tenia muchos amigos. Asistirían a su cumpleaños hijos de políticos, hijos de ex Idols, entre otros. Yo estaba muy nerviosa.
Para realizar el cumpleaños de Hye debíamos también invitar a sus abuelos, los padres de Yoongi. Ese era un tema conflictivo porque mi novio no tenia una buena relación con ellos debido a lo que se dedicaba. Claramente ellos no apoyarían a su hijo que vende drogas ¿no? ni ningún padre la verdad.
—Cariño, creo que es tiempo de conocer a tus padres y que Hye también les conozca— hablé escanenado la situación.
Yoongi asintió.
—Estoy aterrado, mi madre es salvaje.
Me reí un poco. Ellos sabían que Yoongi había sido recluso y no lo aprobaron para nada, es decir, no era algo digno de felicitar. Pero yo creía que sus padres amarían a Hye, ella era maravillosa.
Decidimos que iríamos a conocerles e invitarles al cumpleaños de Hye.
Cuando llegamos a la residencia de los Min, Yoongi sudaba y tronaba los dedos. Podía verse un poco intimidante, pero era un chico muy sensible y de buen corazón, podía parecer frío pero su corazón ardía en llamas por quienes amaba.
Tocamos el timbre y abrió una señora mayor, sorpresivamente muy parecida a Yoongi. La mujer le dió una mirada de disgusto y se dispuso a cerrar la puerta.
—Espera, mamá— dijo mi prometido en tono vacilante. —No he venido en busca de tu perdón ni aprobación, pero quiero que conozcan a la razón de porqué he decidido comportarme.
La mujer se giró y alzó una ceja —Si es dinero no lo quiero, Yoongi.
El pelinegro negó y se dispuso a llamarnos. Me acerqué con Hye y la mujer abrió los ojos y se sorprendió. Al instante su semblante tajante cambió y sus ojos se cristalizaron. Hubo un eterno silencio por parte de la mujer hasta que se dispuso a articular palabra.
