Hermione.

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Hoy era un día importante, pero no estaba nerviosa, des pues de todo la parte más difícil estaba hecha. Si miraba hacia atrás ella jamás pensó que este sería el resultado, pero bueno no se podía quejar todo había ido mejor que lo planeado.

Aun podía recordar el día en que llego a 1937, tan solo un año antes de que Tom Marvolo Riddle entrara a Hogwarts, no había tenido la intención de llegar tan atrás, ella había planeado cuando él era apenas un adolecente y tal vez matarlo antes de que causara tantos problemas, pero rápidamente entendió que tenía una oportunidad a un mayor.

A pesar de que su estima por el en su tiempo difunto profesor Dumbledore había decaído debido a sus acciones sabía que él podía ser un gran activo si en esta ocasión lograba ser ella la que maneje todos los puntos de su misión.

Su primer encuentro fue difícil el desconfiaba completamente de ella, pero basto unos cuantos comentarios sobre su vida privada de la que nadie en esa época tenía conocimiento para obtener su ayuda.

Trabajaron todo ese año ideando un mejor curso de acción, y después de muchas deliberaciones Dumbledore llego con lo que sería parte esencial de su plan. Había tenido el placer de conocer a Nicolas Flamel, el cual era un gran alquimista y con ayuda de Dumbledore prepararon la que sería la poción rejuvenecedora. Esta tenía la intención de convertirla nuevamente en una niña de 11 años.

Su administración llevo varios meses, para poder obtener el resultado esperado, todo esto después de ayudarla a sanar todas las heridas que obtuvo debido a la guerra. El profesor de transformaciones se encargó de darle todo lo necesario, ropa, alimento, un techo donde vivir y todo lo necesario para poder asistir al colegio.

Cuando finalmente llego el día tenía la intención de quedar en la misma casa que él, pero al final había decidido mantener su herencia muggle, puesto que si quería cambiarlo tendría que hacerlo desde cero.

Acercarse fue difícil, puesto que él ya tenía un fuerte prejuicio hacia los hijos de muggles, pero ella no se rendiría fácilmente, y no se avergüenza de admitir que prácticamente lo acoso hasta que el no tuvo otra opción más que hablarle.

Busco formas sutiles y no tan sutiles para tocarlo, mostrarle algo de afecto, cualquier cosa que lo hiciera acostumbrarse a su presencia. Conforme pasaba el tiempo sus toques eran más audaces, ella podía sentir la satisfacción cada vez que sentía como él se iba acostumbrando a ella. Quería ser una amiga, una que estuviera siempre con él y de la que tuviera en cuenta sus opiniones, pero rápidamente se dio cuenta de que eso no sería suficiente, si quería lograr un cambio tendría que darlo lo único que él nunca había tenido.

Afecto, cariño incondicional, una pareja.

Las cosas nunca salen como uno las planea, pero curiosamente fueron mejor, no había planeado hacer su movimiento tan rápido, pero nunca debió de confiar en las hormonas adolescente, nunca se lo dijo, pero ella estaba despierta esa primera vez cuando el subió su falda, pero no quiso detenerlo.

Después de eso cada vez que se despertaba sabía que él era el causante, y aun que era algo extraño, no es como si pudiera esperar flores y chocolates de él. Dejo que todo avanzara, hasta el día en que una escena de celos dejo todo muy claro, era el momento de decidir, afortunadamente el era muy posesivo, como para dejarla, y no dudo en reclamar su dedo anular con un anillo de compromiso.

No podía evitar sentirse satisfecha, muchas cosas habían cambiado, el no había creado ningún horrocrux, ni había matado a Myrtle Warren lo cual consideraba un éxito.

En cambia era alguien muy centrado en conseguir un puesto en el ministerio. Cuando la noticia de su compromiso se expandió tuvo una reunión con el profesor de transformaciones.

- ¿Está segura de esto querida?

Podía entender su preocupación, pues de donde yo venía no era un mundo muy alentador, pero si algo había cambiado eran mis sentimientos hacia cierto chico, y el deseo de matarlo se había extinguido hacia mucho, al contrario, la pasión el cariño y el afecto se habían dado a conocer.

- Agradezco que se preocupe profesor, pero le prometo que estoy muy segura de lo que estoy haciendo.

- El futuro que me mostraste cuando llegaste aquí, parece cada vez más imposible.

- Entonces roguemos a Merlín porque nunca suceda, Tom ha cambiado, ya no se preocupa por lo mismo, tiene otros objetivos, aunque sigue siendo demasiado manipulador para su propio bien.

- Confió en tu juicio querida.

Pero eso era pasado, ahora se encontraba caminando por un pasillo hecho de flores del brazo del profesor Dumbledore, podía ver a Tom, se veía impecable en sus túnicas. Muchas cosas habían cambiado, el obtuvo un puesto en el ministerio y había subido sin mucho esfuerzo, todos adoraban al apuesto y simpático mago, ella por otro lado se había obtenido un aprendizaje en Aritmancia y Runas antiguas, trabajaba independientemente, pero era muy reconocida debido a todos sus descubrimientos.

Se habían ido a vivir juntos inmediatamente después de su graduación, y ahora dos años después de eso estaban a punto de casarse.

Ella no era tonta sabía que él no era un santo, pero si logro que la mayoría de sus ideales fueran reconsiderados. Después de todo no podía odiar a los hijos de muggles y querer desaparecer a todos ellos cuando su prometida y casi esposa era una de ellos.

Tom.

Había cosas que no podían evitarse, y a pesar de que prefería mantener todo bajo control, existían excepciones como lo es su ahora esposa. Nunca planeo conocerla, ni mucho menos dejar acercar a esa niña de pelo tupido que lo acosaba. Pero aquí estaba a punto de ser nombrado el ministro de magia más joven.

Muchos, por no decir todos sus planes habían cambiado, pero por una vez en su vida estaba tranquilo de que fuera así. Su brillante esposa era una de las brujas mas inteligentes y poderosas que se habían conocido, era astuta, brillante y muy obstinada, tanto que como primer mandato como ministro e incluido clases de cultura mágica para todos los hijos de muggles.

En un principio se había negado, pero fue cuando ella amenazó con dejarlo que él se dio cuenta que estaba jodido, no existiría nada, que no aria por ella, y aunque en un pasado lejano había soñado con que los magos se arrodillaran ante él, ahora lo único que quería era arrodillarse ante su mujer.

Aún tenía muchos planes por delante, pero antes de cualquiera de ellos, se iba a encargar de embarazar a su bruja, casarse con ella fue el primer paso, pero necesitaba que todos supieran que no existía ninguna oportunidad. además, existía algo en el fondo que anhelaba ver a Hermione con el vientre lleno de su hijo o hija, jamás lo diría en voz alta, pero deseaba poder experimentarlo. 


Hola chico@s, solo pasaba por aquí para comentarles que está historia está terminanda, hace algunos días me llegaron algunos mensajes preguntándome si continuaría con ella, pero me temo que esto es todo.

Por el momento tengo en mente otra historia en la que estoy trabajando, cuánta con el mismo emparejamiento, así que espero y sea de su agrado.

Lucet.🌙

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