Little White Lies [JaeYong]

c u a t r o

Decir que TaeYong no pensó en llamar a YoonOh sería una vil mentira, al igual que decir que no se masturbó más de una vez pensando en él y en lo bien que la pasaron. De hecho, en ese preciso momento se encontraba pensando en eso y estaba tan inmerso en aquello que no recordó en donde se encontraba. 

—¡Profesor! —lo llamaron al unisono sus lindas alumnas. 

—¿Se encuentra bien? —preguntó Irene, la mayor de las cinco.  

—Sí —rio nervioso—. Estaba pensando en otra cosa —suspiró—. ¿En qué estábamos?

—En la formación inicial... apenas.

—Oh, cierto —aclaró su garganta—. Saldrán en el siguiente orden: Irene, Yeri, Seulgi, Wendy y Joy. Ella quedará en el centro.

—¿Por qué ella? —Irene se cruzó de brazos y frunció el ceño.

—¿No debería ser la menor? —preguntó Yeri haciendo un puchero.

—¿O la que mejor baila? —Seulgi se encogió de hombros.

—¿O la más bonita? —la mayor de las cinco esbozó una sonrisa coqueta.

—Chicas no peleen por eso —Wendy intervino—. Todas sabemos que debería ser la más carismática, o sea yo —se señaló con una sonrisa.

—La edad no importa, todas son bonitas, carismáticas y bailan bien, así que cállense y acomódense como les dije —negó con una sonrisa y las chicas le hicieron caso. 

Terminó de dar la clase correctamente, pero aún así no pudo dejar de pensar en que era el último día de YoonOh en Seúl y que podría verlo una vez más, aunque eso fuera en contra de sus ideales. TaeYong sabía que tener sexo más de una vez con una persona podía hacer que crecieran sentimientos parecidos al amor y también sabía que eso traería problemas, pero luego de pensarlo y pensarlo, decidió que no haría daño verse con él de nuevo, ya que el castaño se iría al día siguiente y aunque desarrollara sentimientos hacia él, no podría hacer nada desde la distancia. 

Llegó a casa y después de buscar el pañuelo con el ID de YoonOh, lo agregó a su KakaoTalk y lo llamó sin pensarlo más.

—¿Hola?

—Hola, ¿YoonOh? Soy TaeYong.

—Hey, hola. Pensé que no me llamarías.

—¿Por qué no lo haría?

—No pareces ser el chico que repite...

—Una vez más tienes razón, pero quería darte una despedida digna luego de que me hayas dado el mejor sexo de mi vida —admitió—. Pero si no la quieres, solo queda decir, buen viaje —dijo con un tono juguetón.

—Tomaré con gusto ese "buen viaje", pero también me gustaría despedirme correctamente de ti, mientras estamos desnudos en tu cama —rio—. Tengo una cena familiar, pero podría ir a tu casa a eso de las once. ¿Está bien?

—Mis hermanos estarán aquí y como viste no tendríamos mucha privacidad... ¿Por qué no vamos a un motel?

—Odio los moteles. Las camas son incomodas, puedes escuchar lo que sucede en otras habitaciones y muchas veces la limpieza da mucho que desear. 

—Entonces esta es tu despedida.

—La cena es en casa de mis abuelos, así que podríamos ir a casa de mis padres. Si quieres.