Te encontré en el infierno.

Bye bye New York!!

Ha pasado un año y tres meses desde que le vi por ultima vez.

Desde que me escupió en la cara, mirándome a los ojos, que no quería cargar con una loca.

Cada día, en estos quince meses mi primer pensamiento del día ha sido "maldito seas mil veces, maldito el día en que te cruzaste en mi vida, en que coño estaba pensando cuando perdí la virginidad con un mierda como tu?"

Los primeros meses no podía pensar en otra cosa, a veces le odiaba y me moría de rabia, otras me recreaba en los recuerdos y no podía dejar de llorar.

Con el tiempo dejé de pensar en él a todas horas, procuraba estar ocupada siempre para no pensar. Para estar tan agotada al acostarme que no me diera tiempo ni a acordarme de su cara, de su voz, del calor de su cuerpo.

Iba a clase de fotografía, me recorría la ciudad intentando capturar momentos, perfeccionaba mi inglés, salia de fiesta con compañeros de clase.

Acompañaba a eventos a mi tía.

Vivía intensamente, para no pensar, para no sufrir.

Mi tía y el padre de Fede consiguieron que se me reconociera judicialmente mi autonomía, se dictaminó que no necesitaba un tutor, había sido tratada injustamente y ahí estaba una sentencia en firme para darme la razón y restablecer un poco mi dignidad.

Mi padre quiso hablar conmigo pero me negué. No quería saber nada de él.

El juez le obligó a pasarme una pensión y me dio el control total del fondo que mi madre me dejó.

Aunque vivo con Lara y ella insiste en que lo suyo es mío me tranquiliza tener mi dinero, ser independiente, sentirme libre.

Poco a poco intento reconstruir mi alma.

Fede ha venido varias veces a verme e intento no darle esperanzas pero insiste en que él no se rinde fácilmente.

También he quedado con uno de mis compañeros de las clases de fotografía, se llama Sean, es alto delgado y rubio, con pinta de bohemio, tiene un año más que yo y muchísimo talento.

No se parece en nada a Roberto, ni a Fede... Pero sobretodo no tiene nada que ver con Dani y eso es lo que necesito.

Todo empezó pidiéndome que fuera su modelo y enseguida supe que era una excusa para quedar a solas, al principio me negué pero acabé aceptando solo para sacarme a Dani de la cabeza.

Lo intenté, lo juro.

Lo intente con todas mis fuerzas, dejé que Sean me besara, que me tocara pero no pude pasar de ahí. Sean no se enfadó cuando le aparté, estábamos en su minúsculo apartamento del Soho tumbados en el sofá cama;

- Hay otro chico, verdad? Por eso no querías quedar a solas y te apartas cada vez que me paso un poco.

- No, no salgo con nadie.

- No digo que salgas con él... Pero está aquí y aquí- me toca la cabeza y el pecho y tiene razón.

A veces creo que nunca me libraré de él.

Del fantasma de Dani que me atormenta a cada paso.

Que no podré llevar una vida normal, volver a enamorarme.

Por eso he decidido volver a mi país, a la que fue mi ciudad, para reconciliarme con el pasado y poder seguir con mi vida.

Quedaré con los "amigos" que me dieron la espalda y ahora no dejan de escribirme, solo por darme el gusto de ponerlos en su sitio.

Veré a mi padre, exigire hablar con mi hermana y sobretodo buscaré a Dani y Coco, cueste lo que cueste, para ayudarla a ella y encararme a él.

Que vea que ni estoy loca ni ha logrado hundirme con su desprecio.

A veces hay que agarrar por los cuernos a los demonios del pasado para poder seguir con tu vida.