Capitulo 8

189 15 0
                                    

Es curioso como los humanos ajustan la mente a su versión de la realidad.

—Perseo- llamo el centauro- sé que te encuentras confundido. Tu madre nunca te ha mencionado nada de esto, has vivido siempre en un mundo mortal...

Un silencio se formó, la mirada incrédula de Percy chocaron contra Quirón.

—Los humanos no tienen una realidad clara. Todos ven de una forma u otra una verdad enjaulada-continuo Quirón-. La mente que tienen no logra comprender lo sobrenatural, es normal, no han sido creado para eso. Por eso te digo, siempre ve más allá de lo que realmente ves. Se consciente de eso.

Que buen consejo para un momento que Percy no aprecio su sabiduría.

Según las noticias de Los Ángeles, la explosión en la playa de Santa Mónica había sido provocada por un secuestrador loco al disparar con una escopeta contra un coche de policía. Los disparos habían acertado a una tubería de gas rota durante el terremoto.

El secuestrador, alias Ares. Era el mismo hombre que rapto a los niños adolescente en Nuevo York que los arrastro por todo el país en una aterradora odisea de diez días. Después de todo, el pobrecito Percy Jackson no era un criminal internacional.

Había causado un buen revuelo en el autobús Greyhound de Nueva Jersey al intentar escapar de su captor (a posteriori hubo testigos que aseguraron haber visto al hombre vestido de cuero en el autobús: «¿Por qué no lo recordé antes?»). El psicópata había provocado la explosión en el arco de San Luis; ningún chaval habría podido hacer algo así. Una camarera de Denver había visto al hombre amenazar a sus secuestrados delante de su restaurante, había pedido a un amigo que tomara una foto y lo había notificado a la policía.

Al final, el valiente Percy se había hecho con un arma de su captor en Los Ángeles y se había enfrentado a él en la playa. La policía había llegado a tiempo. Pero en la espectacular explosión cinco coches de policía habían resultado destruidos y el secuestrador había huido. No había habido bajas.

Percy Jackson y sus dos amigos estaban a salvo bajo custodia policial. Fueron los periodistas quienes nos proporcionaron la historia. Nosotros nos limitamos a asentir, llorosos y cansados (lo cual no fue difícil), y representamos los papeles de víctimas ante las cámaras.

— Lo único que quiero –dijo Percy tragándose las lágrimas-, es volver con mi querido padrastro. Cada vez que lo veía en la tele llamándome delincuente juvenil, algo me decía que todo terminaría bien. Y sé que querrá recompensar a todas las personas de esta bonita ciudad de Los Ángeles con un electrodoméstico gratis de su tienda. Éste es su número de teléfono.

La policía y los periodistas, conmovidos, recolectaron dinero para tres billetes en el siguiente vuelo a Nueva York. Percy no tenía otra elección que volar, así que confió en que Zeus aflojara un poco, dadas las circunstancias. Pero aun así le costó subir al avión. El despegue fue una pesadilla. Las turbulencias daban más miedo que los dioses griegos. No soltó los reposabrazos hasta que aterrizaron sin problemas en La Guardia. La prensa local los esperaba fuera, pero consiguieron evitarlos gracias a Annabeth, que los engañó gritándoles con la gorra de los Yankees puesta: «¡Están allí, junto al helado de yogur! ¡Vamos!»

Y después volvió a recogida de equipajes. Se separaron en la parada de taxis. Percy les dijo que volvieran al campamento Mestizo e informaran a Quirón de lo que había pasado, incluido lo del rubio.

Protestaron, y fue duro para el niño verlos marchar después de todo lo que habían pasado juntos, pero esta vez no le quedaba de otra que afrontar la última parte de la misión. Si las cosas irían mal, si lo dioses no creían en él .... Quería que Annabeth y Grover sobreviviesen para contarle la verdad a Quirón.

El legado de la profecía(Cancelado, remake:  "El que se rebela" )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora