Escenarios🍋 Kirishima x Dahlia (Oc)

𝕮𝖔𝖒𝖎𝖊𝖓𝖟𝖔 (𝕻𝖆𝖗𝖙𝖊 𝟏)

Contenido: Se trata de como Dahlia y Kirishima se conocieron, es un escenario canon de la historia entre ellos dos. Realicé este escenario con anterioridad hace mucho, pero lo eliminé así que vuelvo a sacarlo a la luz. 🤭

Mundo: Con quirk.

Edades: 20 años.

Lemon: No contiene.

Palabras: 6494

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Para Kirishima ese viernes sería como otro cualquiera.
Quedó con su grupo de amigos aprovechando que no tenían mucha faena en sus agencias, aunque Bakugou no pudo tener la misma suerte, tuvo que ir con Deku y Todoroki a solucionar un problema con unos ladrones de bancos que se habían puesto bastante violentos, pero no era nada que ellos no pudiesen arreglar enseguida.

Kirishima, Denki, Sero y Mineta se dirigían al bar que tanto frecuentaban.
Estaba decorado como el típico bar americano.
Grandes ventanales asientos amoldados como si se tratasen de sofás, uno frente al otro con la respectiva mesa entre ellos.

Todos los asientos estaban separados por una estructura de madera que estaba pintada de rojo en cuya cima había un amplio cristal con el que podías ver la cabeza de las personas de la mesa contigua.

El suelo era de cuadros negros y rojos, en las superficies de cada mesa había un símbolo de cartas, en la que ocuparon los chicos había una pica.
Todo el local parecía sacado de una película de fantasía y tenía un toque juvenil ochentero puesto que la música que sonaba en el local provenía de una gramola cuyo arco estaba iluminado por colores vivos.

El que descubrió aquel hallazgo fue Denki una de las tardes que salió con un ligue.
Al ver el sitio se quedó encantado y no dudó en mostrárselo a sus amigos así que desde entonces ir allí se volvió un hábito.
Pero Kirishima no se esperó que ese bar se convirtiera en un sitio tan especial.
Se había quedado prendado de una de las camareras, una chica que era híbrida entre humana y gata en cuya placa leyó "Dahlia", un nombre y un bonito rostro que era incapaz de sacarse de la cabeza.

Se ponía algo triste cuando no era ella quien les atendía.
Para él era una muchacha preciosa, tenía un cabello negro, liso y largo, pero siempre lo llevaba recogido en una coleta alta.
Sus orejas de gato de un gris oscuro adornaban su cabeza y su cola, del mismo color y con la punta blanca la hacían ver mil veces más adorable, o al menos así lo pensaba Kirishima.
Sus ojos gatunos eran de un dorado intenso, era incapaz de mirarlos, se ponía demasiado nervioso y se ruborizaba en exceso...

Kirishima era malo ocultando cosas, y sus amigos ya sabían que a él le gustaba Dahlia, así que cuando tomaron asiento esperando a que les atendieran Denki se encorvó hacia Kirishima con una sonrisa pilla.