Bárbara'
Mi mamá y yo nos movíamos por la cocina en silencio mientras terminábamos de hacer los ñoquis con salsa y la chocotorta.
Pusimos la mesa para cuatro, y desvié mis ojos hacia el livinf cuando escuché la fuerte risa de mi papá y Mateo.
—Se llevan bien, ¿eh? —dijo ella, conteniendo una sonrisa.
—Sí, eso parece.
—La doctora está de viaje, no podrá hacer la ecografía, así que en cuanto vuelves ¡empieza el prenatal! —dijo.
[...]
—¡Qué rico —Mateo dijo satisfecho cuando terminó de comer.
—¡Por eso ya no tengo panza en forma, muchacho! Mi esposa me engordo con los años.
—Yo creo que fue la cerveza y el sedentarismo, ¿verdad Hugo?
—Amor, no arruines el cumplido.
—Conozco a alguien así. —Mateo me miró y toco mi pierna debajo de la mesa. —No puedo estar diciendo algo lindo que ella me me corta el rostro
—¡Las mujeres de esta familia son terribles! —mi papá le dijo a Mateo.
—No somos! —se defendió mamá— Ya verás Mateo, la convivencia es más fácil de lo que imaginas.
Mateo sonrió, pero no como siempre.
Su sonrisa salió un poco triste, sus ojos no estaban tan iluminados.
Yo hice lo mismo, creo que en ese momento mientras mis papás no se daban cuenta, lamentabamos que no fuera todo verdad.
[...]
Cuando pasamos por el marco de la puerta del dormitorio, Mateo me apartó con la misma agilidad con la que había cerrado la puerta detrás.
Me empujó suavemente por la cintura y presionó el suyo contra él, contuve la respiración ansiosamente.
—No dejaste de mirarme. —comentó.
Estamos demasiado cerca, siento su cálido y refrescante aliento en mi cara, nunca hemos estado tan cerca.
—No me habría dado cuenta si no me estuvieras mirando también. —hablé despacio, dejando salir el aire.
Su olor era muy rico, además del perfume tenía un aroma natural, su cuerpo caliente calentaba el mío y podría haber jurado que mi corazón estallaría en mi garganta en cualquier momento.
Nuestras narices se tocaron, sus ojos se cerraron.
Se acercó a mi boca y de repente su celular comienza a vibrar en el bolsillo de su short, se pasa la lengua entre los labios un poco enojado
Totalmente frustrado le dedico una sonrisa de puro nerviosismo.
—Podes atender. —sugerí, y no estoy segura de por qué.
—No quiero. —sacó su celular de su bolsillo para ponerlo en otro lugar, pero sus ojos se quedaron fijos en la pantalla.
Se me revolvió el estómago y no fue el embarazo ni la comida, fue saber que en la pantalla estaba escrito el nombre de la mujer que amaba.
—Todo bien, yo atendería si fuera vos. —le aconsejé después de que él me mirara confundido.
—Pero...
—Tranqui. —me tragué los celos y la desesperación de saber que se lo estaba entregando en bandeja.
Entrega? Pero él nunca fue mío, siempre fue de ella.
—Bárbara, pensé...
—No, por favor. —interrumpí un poco molesta. No con él, sino conmigo misma.
Mateo entrecierra los ojos, su celular vibra de nuevo.
Mueve la mandíbula de lado a lado. Sus ojos muestran lo confundido que está con lo que estoy hablando.
Sus labios se mueven para decir algo, pero se dan por vencidos y se cierran de nuevo.
Sin decir nada abre la puerta y se va, y al final del pasillo lo escucho decir en tono cortante un "hola".
¿Que estoy haciendo?
¿Que estoy pensando?
Mentirles a mis papás e inventar todo solo para que no me juzguen.
Masajeo mis sienes estresada. ¿En qué mundo vivo que prefiero ocultar el embarazo de una persona? ¿Por qué pensé que podía manejar esto sola?
Mateo no va a estar acá para siempre, de hecho, solo estará acá durante los próximos tres días.
Necesito tomar una actitud madura en medio de tantas infantiles.
Agarró mi celular y me siento en la cama mientras busco el contacto de Gaby.
Abro la conversación y empiezo a escribir.
chat.BÁRBARA;
Busquemos al papá de mi hijo.
gabyyy trola;
Ya lo encontré, pero iba a hablarlo en persona y cuando fuera de tu voluntad.
Terminé con Eduardo y me fui del bosque
dame la dirección de tus papás, voy a pasar la Navidad con vos.
Gaby encontró al papá del bebé.
Cómo dice Pablo de los Backyardigans: siempre esperen lo inesperado.
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papá sustituto; trueno ✓
FanfictionBárbara descubre un embarazo no deseado y, para colmo, la navidad estaba cerca y tendría que ir a casa de sus papás. Con miedo de que la juzguen y que la miren mal las personas del pequeño pueblo donde nació, tuvo una idea increíble: buscar un 𝗽𝗮...