Esperar sentados en el balcón a la noche más triste es sinónimo de distancia, de alejamiento, de no entender con quién fue o cómo pasó y aún así, sigues sin ella. Verte sonreír a ti cuando tu alrededor me muestra tu rostro angustiado, es carecer de confianza en sí mismo de que volveremos a verte nuevamente. Tú, que apareces en las ocasiones más emotivas, siento que hoy te vas a ir sin saludar porque estoy seguro que cuando te necesite, llegaras a mí de la forma más hermosa que jamás he de ver. Sonrisa que pule ese sentimiento escondido y que cae ante nosotros al vernos danzar en tan dolorosos días, esa manera con la que cada día te levantas y posas ante mí, cuando me irradias de esa emoción que quiero que tengas siempre, me vuelve loco. ¡Mi vida! No hay vuelta atrás, quienes están hoy no sabrán si se quedarán para mañana, quienes ríen contigo siempre, son quienes de recuerdo haz de llevar todo el tiempo, quisiera estar contigo hasta el final de los días, quisiera sentir por ti eso que tanto te aqueja, quisiera, pero no funciona así.
Hay problemas que nos atormentan y nos hacen minúsculos por siempre, hay otros que pasan y dejan fracturas casi visibles para los otros, de ti aprendí que no son las cicatrices quienes nos muestran qué tanto sufrimos, sino que es la valentía con la que todavía te muestras para mí. Sonrisa hermosa, sonrisa pequeña, esa que no sale cuando algo pasa. Lo haces tan fácil e imposible de no apreciar, tú dolor oscurece mi sentimiento, tu esperanza emotiva mi corazón y tú allí, qué sonrisa. ¡No sé qué tanto dolor haya de faltar para sonreír como tú lo haces, no sé qué tanto, esos ojos que se cerraran algún día volverán a abrirse para seguir dándome los buenos días.
Hoy no perdemos, esperamos sentados la razón brutal con la que no vemos llegar la felicidad, si la tuya se presta para hacer de ti esto que ahora eres, ¡sé feliz! Porque es lo único que aunque triste nos recordaremos de él, serán los momentos más apreciados junto a los tuyos, sonrisa ajena y felicidad propia quienes junto a ti hacen exaltar tus días. Yo que aún me empiezo alejar me despido de ti de la forma más triste, sin mí estarás mejor, no quiero seguir siendo yo. quiero que me enseñes a ser como tú, quiero vivir intensamente como desde que me conociste lo has hecho, desde ese momento en el que supiste que vendría por ti y no te preocupes. Ya no lo hare, quiero que sigas sin mí el camino perfecto que solo tu sonrisa hizo que viera, es una despedida en la que quiero que sonrías y en la que no esperes por mí, sino por las dificultades que habrán de venir.
De ti aprendí que no siempre es bueno llorar y que es mucho mejor sonreír cuando no se cree poder, pues la felicidad viene de la forma más extraña e imprudente de no avisarnos, señora mía, yo que de usted hice tanto mal, mal sería de mí no verla sonreír nuevamente.
De usted su aspecto, su rostro y su voz, se las devuelvo, la dejo libre. Le dejo mi enseñanza para que refleje de sí, la imagen que siempre me cautivó, a estas pocas horas en las que pierdo tanto, sería injusto no desearle un feliz camino y aunque empiezo a morir, sonreiré para usted con el recuerdo más bonito y el regalo más hermoso que es seguir junto a los suyos sonriendo como siempre.
"La sonrisa más hermosa, es la que viene después de un problema, sonríe por dentro hoy"
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Historia CortaRecopilación de historias reflexivas cortas que evocan los años de personas con mucho que decir para otros. Un total de ochenta y siete historias en honor al año de muerte de una persona especial que motivó a escribir para inmortalizar a otros.