Epílogo

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Sus manos bajaban de mi cintura a mis caderas lenta y suavemente... podía sentir su respiración agitarse al igual que la mía, mi cuerpo me pedía más, me pedía que se acercara a él y estoy segura que él sentía lo mismo, comenzó a acercarse más y sus piernas se entrelazaron con las mías... un suspiro pesado salió de mis labios y una sonrisa victoriosa de los suyos...

-Serás mía -dijo con voz ronca.

-Ah, ¿sí? Eso ya lo veremos chiquito. -dije subiendo mis manos a sus mejillas y acercándome lentamente hacia su boca...

-Me tienes loco Adelaida. -dijo sujetando mis caderas firmemente robándome un jadeo.

-Maldita tensión... -solo quiero acabar con esto, quítame las ganas. Pero no soy capaz de decírtelo, eso iría en contra de mi orgullo y es un lujo que no te puedo permitir.

-No haré nada hasta que me lo pidas.

Soy consciente, supongo que esto es una guerra, la cual yo no estoy dispuesta a perder.

Me termino de acercar a él estando a solo un centímetro de sus labios, puedo sentir su respiración pesada y eso es algo que me está volviendo loca...

-Pídemelo Adelaida, igual serás mía. -su tono es firme y a la vez pícaro, me provocas Caleb, pero también me haces querer demostrarte que no caeré primero... así que rozo sus labios con mi lengua y luego bajo a su cuello dejando un beso húmedo, lamiendo, chupando... sus jadeos solo me confirman que me desea y admito que yo a él, pero no le puedo dar el gusto, no ahora.

¿Qué cómo terminamos así? ¿Cómo terminó estampándome contra una pared para luego provocarnos mutuamente? En realidad, es una larga historia, y toda historia tiene un inicio, pero quizás este inicio sea muy confuso y raro. Pero la pregunta que me inquieta realmente es... ¿Cómo terminará esta historia?

Maldita tensiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora