—¡Ayúdame, por favor! —dijo Deane con una voz débil y temblorosa.
El chico solo la miró con indiferencia y luego volvió a enfocar su atención en el agresor.
—¿Y tú quién eres imbécil? Será mejor que te largues en este mismo momento y te ocupes de tus asuntos —ordenó el agresor con una mezcla de furia y desdén.
El chico continuó observándole sin pronunciar palabra alguna.
—¡¿Acaso no me escuchaste? ¡Lárgate idiota! —gritó el agresor con creciente desesperación.
No hubo respuesta.
—¡Bien, tú lo pediste! —exclamó el agresor, lanzándose contra el chico en un intento de golpearlo. Sin embargo, el chico se movió con una velocidad sobrehumana y esquivó el ataque con facilidad.
—¡Ven acá y pelea! —desafió el agresor, su voz llena de ira y frustración. Mientras Deane observaba con temor, aún en el piso debilitada por los golpes que había recibido.
El agresor volvió a atacar, pero esta vez el chico no esquivó el golpe; en lugar de eso, lo interceptó y lo golpeó con gran fuerza en el estómago. La potencia del impacto hizo que el agresor cayera al suelo con un estrépito.
—¡Agh! —murmuró el agresor, retorciéndose de dolor y sin poder levantarse.
El chico permaneció impasible, su expresión seguía siendo fría. Finalmente, con una sonrisa ladina, habló:
—¿Cómo es que un simple y débil humano se atreve a amenazarme? Una criatura despreciable e insignificante como tú no merece mi atención... Pero dadas las circunstancias, tendrás el honor de que yo mismo termine contigo. —Su voz era áspera y penetrante.
Dicho esto, levantó al agresor por la camisa con una facilidad sorprendente. Los pies del hombre ya no tocaban el suelo, como si fuera una pluma liviana para él, y con una fuerza sobrenatural lo mantenía suspendido.
—¡Tú! No eres humano —titubeó el agresor, visiblemente aterrorizado.
El hombre intentó zafarse, pero fue inútil. No podía igualar la fuerza del chico.
—Tranquilo, no te dolerá mucho —dijo el, mostrando una sonrisa inquietante con dientes extrañamente afilados. Luego se relamió los labios y soltó una risa perturbadora.
—Por favor, no me mates, te lo ruego —suplicó el agresor, aterrado.
El chico solo sonrió macabramente mientras lo miraba directamente a los ojos.
—Es más divertido así. Además, ¿no fuiste tú quien dijo que quería diversión?
Dicho esto, se inclinó hacia el cuello del hombre y lo mordió, enterrando sus afilados colmillos en la carne. La sangre comenzó a fluir y a caer al suelo mientras el hombre se desangraba rápidamente. Después de saciar su sed, el misterioso hombre arrojó el cuerpo ya sin vida alguna a un gran contenedor cercano en la desolada calle. Deane no apartaba la vista del chico. A pesar de su buena apariencia, estaba paralizada por el horror de lo que acababa de presenciar. ¿Cómo era posible? ¿No se suponía que los vampiros no existían? Estaba frente a uno.
Él giró hacia ella y se acercó lentamente. —Ahora sigues tú —dijo con frialdad.
Deane dio un chillido, y con voz aún temblorosa. —Por favor, no me mates —imploró, aterrorizada mientras el chico se acercaba sin detenerse.
—¿Por qué no? —respondió él, acorralándola contra la pared con una sonrisa ladina. Luego se detuvo, frunciendo el ceño mientras olfateaba el aire. —¿Qué es ese aroma tan dulce? —preguntó, tratando de localizar el origen.
—Mmm, parece que eres tú —dijo él, acercándose aún más al cuello de Deane y respirando sobre él.
—¿Y-yo? —preguntó, temblando de miedo.
—Hueles demasiado bien; el aroma de tu sangre es realmente exquisito —dijo el chico con una sonrisa macabra. —¿Puedo probar?
El chico se acercaba cada vez más, y el corazón le latía con fuerza, no por emoción, sino por terror. El ambiente a su alrededor se volvía cada vez más frío y siniestro, y el miedo la paralizaban.
Después de su última frase, el chico abrió ligeramente la boca. Sus labios rozaban la piel de Deane, haciéndola estremecerse. Estaba aterrorizada y, a pesar de sus intentos, no podía moverse.
¿Qué estaba pasando?
Después de algunos segundos sintió un dolor punzante en el cuello, un ardor que le incomodaba y como dos pequeñas agujas afiladas que atravesaban su piel y a su vez la succionaban. El dolor era bastante que una pequeña lágrima brotó y se deslizó por su cara. Algunos segundos luego de un insoportable dolor calcinante, el chico se apartó de ella relamiéndose los labios. Intento alejarse pero se encontraba demasiado débil.
-Tu sangre... Es bastante deliciosa - le dirigió una sonrisa- Sería una lástima que murieras ahora, teniendo algo tan bueno para ofrecerme
Fue lo último que pudo escuchar, antes de que su vista se volviera borrosa, las piernas le temblaban tanto que apenas podía soportar su propio peso, sin darse cuenta había caído en medio de esa gran y solitaria calle..
¿Voy a morir aquí? - este fue su último pensamiento antes de perder la conciencia.
Continuará~
La 1ra y 2da parte tuvieron una mejora en redacción.gracias por tu comprensión . <3
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Besos de Color Carmín
Vampire¿Quien es esta persona? ¿Puede un vampiro, con su naturaleza inmortal y su sed de sangre, encontrar redención a través del amor humano? ¿Puede una humana, enfrentándose al mundo oscuro y peligroso de los vampiros, encontrar su propia fuerza y valor...