Mahidevran.
Lección aprendida: Nunca más hacerle caso a Elmas.
Ahora se arrepentía de hacerle caso a Elmas, si por lo menos no le hubiese hecho caso a Elmas no estaría en esta situación.
Encerrada con un Orhan desnudo y con rasguños (bastante extraños) y ella más roja que un tomate y acalorada como nunca lo estuvo en su vida.
Maldecia la razón por la que fue al escondite de Elmas.
1 hora antes.
Mehmed.
- Mahidevran es muy sensible, talvez demasiado - la bruja le declaró - le gustan los dulces, su color favorito es el rojo, le gustan las orquídeas y las rosas, rojas, las demás también pero las número uno, son las rojas.
Se quedó en silencio observándola esperando más información.
- y? - preguntó inquieto.
- ¿y qué o qué? Ya te dije suficiente arreglatelas como puedas - soltó al gallo - ten imaginación o haz algo, yo que se...
Terminó y golpeó la mejilla del niño,haciendo que este siseara.
- No me toque - se sobo la mejilla.
- soy tu jefa - se burló - yo mando.
- Tengo heridas en el rostro por culpa de las malditas gallinas - señaló su rostro lleno de picaduras - y duelen.
- Cuéntame la historia completa de la Gallina y te ayudo...
- No gracias - se apresuró a contestar- conociéndola, ya se que lo utilizará para burlarse de mi..
- Pero si yo soy un ángel - puso las manos bajo su rostro y lo sostuvo para después parpadear "dulcemente".
- No - repitió con firmeza - ¿donde esta la sultana Mahidevran?
- Tu debes de saberlo - rodó los ojos - tu la observas hasta cuando duerme.
- ¿Cómo sabe eso?...
- Querido - hablo casi con amenaza - en este palacio yo se todo lo que pasa, nadie escapa de mi.
- Usted da miedo...
Declaró Mehmed, para después dar media vuelta y tratar de caminar, cosa que no funcionó y terminó cayendo al suelo. Quejándose adolorido por la picadas de Gallina, y el golpe, sumando el olor que se cargaba, apoyo la cabeza en el pasto y suspiro profundamente, escuchando la risa de la Hatun.
- Pidemelo de porfavor y te ayudó - se burlon del hombre en el suelo.
Mehmed exhalo con fuerza y apretó los puños, y dejando de lado su orgullo (ya bastante pisoteado) habló.
- Podria ayudarme a...
- Di: Podria ayudar a levantarme y curar mis heridas, jefa...
- No voy a decir eso - refunfuño aun en el suelo.
Elmas se encogió de hombros y empezó a darse la vuelta cuando escucho al mocoso hablar.
- Podría, por favor, ayudar a levantarme y curar mis heridas - rodo los ojos aun en el suelo y aun más adolorido que antes - Jefa.
Lo último lo dijo a regañadientes.
- ¡Ja! - exclamó la Hatun con satisfacción acercándose al caido - Ves, nada te cuesta ser amable y educado.
Se inclino hacia Orhan y con todas las fuerzas que tenía tiro del abrigo del chico, forcejeo por unos minutos hasta que porfin pudo ponerlo en pie.
- Vamos - le ordenó jaloneandolo - a mi escondite...
-¿escondite?
- En este palacio aveces se necesita privacidad - lo dirigió poniendo su brazo alrededor del chico para que caminara - no soporto a las demás metiches del palacio. Y tu eres de las pocas personas que sabra sobre mi escondite...
- ¿quién más lo sabe? - pregunto cojeando apoyándose en la mujer.
- Mahidevran, tu y yo,solo ustedes saben sobre mi escondite, y si tu, te atreves a revelarlo, te juro por Alá, te dejo sin hijos...
Siguió amenazandolo hasta llegar a la parte trasera del palacio, ordenando le que se agachara, le mostró una pequeña algo vieja y descuidada, y le dijo o mejor dicho le ordenó que entrará.
Era un pequeño espacio, no muy grande, posiblemente entraban sólo 2 personas, 3 a lo mucho, había libros y costuras a en una de las mesitas que habían ahí, también noto 2 pequeñas almohadas, así como también noto velas y una que otra baratija. Con dolor entró al pequeño refugio y se echo en una de las almohadas.
Elmas se quedó afuera por unos minutos asegurandose de que no hubiese nadie alrededor. Pará después entra y ver al mocoso tirado y quejándose en el piso.
- Desnudate - ordenó - ahora...
Los ojos de Mehmed se abrieron con asombro y mirando a la mujer con una mirada desencajada, quiso hablar, pero la mujer le interrumpió.
- Iré por medicinas y te conseguiré ropa - tomo una de las bolsas de la mesa - esperare afuera, me entregaras esa ropa, apestas.
La mujer con la nariz fruncida se dio la vuelta.
- Es una broma ¿verdad? - preguntó todavía desconcertado y hasta avergonzado.
- ¿Crees que bromeó? - hablo la mujer desde afuera - ¡apresurate! Te aseguro que no me interesa ver tus miserias.
- Oiga - refunfuño.
- O te apuras o te dejo abandonado... -
Mehmed acepto a regañadientes y haciendo su mejor esfuerzo, se desnudo completamente. Estaba totalmente sucio y el olor era casi repugnante.
- Aquí esta - aviso tapándose lo mejor que pudo.
La mujer solo extendió la mano hacia atrás para que le entregase la ropa.
- Volveré...
- ¿con que me tapare?
- Con las almohadas - dijo la mujer rodando los ojos por milésima vez en el día - solo quedate quieto, nadie te verá las miserias que tienes entre las piernas.
Fue lo último que se escucho de la mujer, ya que se encaminó directo al palacio, Mehmed se quedó en silencio y desnudo en el suelo.
Si tan siquiera hubiese visto, la sonrisa maliciosa en el rostro de la Hatun.
_____________
Nuestra querida Elmas hará pasar vergüenza a nuestra parejita.
Después subo la segunda parte.
Esperan a ver el punto de Vista de Mahidevran. 😏
¿Me creerían si les digo que la historia de fondo de Elmas, en realidad es triste?
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La rosa del Sultán.
Historical FictionDonde Mustafa muere. Donde Suleiman muere. Donde el Príncipe Mehmed se convierte en Sultán. Donde Hurrem es madre sultana. Pero Mahidevran es quien gobierna el mundo. Todo comenzó con una extraña y prohibida atracción, que se llevo más allá de los l...