Primero todo es oscuro, no se siente nada, como si yo no existiera, como si mi alma no estuviera atada a mi cuerpo ¡ahh! pero empiezo a sentir, siento el viento rozando mi cara y la fricción que genero con mis ropas... y ahora escucho, puedo oír la marcha apresurada de mi caballo... ahh cierto estoy cabalgando sin embargo no conozco mi destino, pero aun así me dirijo a él por caminos que siento conocer pero que no me son familiares no obstante voy de una manera tan confiada y a toda prisa en ellos, porque sin importar lo que sienta sé que en estos momentos debo apurarme, debo llegar a tiempo.
Al igual que sé que detrás de esta desconocida colina podré encontrar mi destino, así que estando tan cerca de él me es imposible no acelerar porque lo primordial es llegar a tiempo... pero cual es la razón de mi apuro?... ahh... por supuesto lo sé, es por Liz debo ver a Liz, es mi deber salvarla pero aunque intente apurar la marcha de mi caballo ya es tarde, lo sé, porque sin importar que tan rápido cabalgue cuando llegue será como me temí, demasiado tarde.
Es así como después de subir la interminable colina pude verlo, mi casa... mi hogar, y como era de esperarse intento apurar mi paso, porque aunque veo la cercanía siento la lejanía, y así mientras me iba acercando pude ver su caballo, el que le pertenece a él, y tal como me aterraba pensar, él estaba aquí y ahora sé que es muy tarde sin embargo aún conservo esperanza, aun creo que la puedo salvar.
Y una vez frente a mi hogar no demoro ni un segundo en entrar y buscarla por el lugar con una daga en mano.
- ¡Liz! ¡Liz! ¡Lizy! ¿Dónde estás?... ¡Liz háblame!... ¡SE QUE ESTAS AQUÍ DESGRACIADO INFELIZ!... ¡MUESTRATE! - gritaba y pregonaba mientras azotaba las puertas buscando a Liz.
- ¡TE JURO QUE SI TAN SOLO LE TOCAS UN PELO TE MATARE MALDITO!... ¡ME HAS ENTENDIDO! – termine vociferando mientras los buscaba en el primer piso de la casa hasta que escuche un ruido en la planta alta, así que de inmediato fui al segundo piso, al lugar donde creí provino el ruido, mi estudio.
Al acercarme al estudio la puerta estaba entreabierta y para cuando abrí la puerta, descubrí que allí se hallaba Lizbeth, allí se encontraba tirada en el suelo boca abajo viendo hacia mi dirección, con rojo tiñendo su vestido y sangre cubriendo el suelo, donde apenas se movía y se la veía palidecer, estaba tan asombrado que quede petrificado y deje caer mi daga, no podía creerlo y aunque ya lo suponía desde el comienzo no podía hacer más que negarlo y derrumbarme, no podía sentir nada más que mi mundo caer.
- No...-susurre- no no no no no Liz, Lizbeth- sollozaba mientras la ponía en mis brazos y desesperadamente la mecía- Respóndeme Lizbeth- le decía, aunque sabía que no podía decir palabra alguna-No, no te puedes ir... yo no puedo vivir sin ti ¡Lizbeth!... No...- no pude hacer más que llorar mientras que Lizbeth cada vez dejaba de moverse-Perdón, perdón, perdón... perdón no pude salvarte-decía mientras sollozaba- pero aun puedo vengarte sin importa si me lleva una eternidad o si por ello tengo que vender mi alma, no importa el precio o el medio que tenga que usar para que ese maldito pague por lo que te hizo- y así entre palabras de odio y amor Liz dio su último suspiro y por última vez acomode su cabello detrás de su oreja y la bese en la frente-Te amo - le dije para dejarla amablemente en el suelo.
Me pare y para cuando me volteé me encontré cara a cara con el maldito desdichado y para mi sorpresa con una daga en mi abdomen, yo lo podía sentir... la sangre y dolor fluyendo desde el lugar donde me apuñaló y sentí como perdía el equilibrio mientras sacaba la daga, y me apoye en él, quien me volvió a apuñalar en el abdomen y con una sonrisa en su rostro y se rió mientras yo caía al suelo a lado de mi Lizzbeth.
-JA JA JA JAJA JA... ahhhh mi querido Ben, mi pobre y estimado Bentley pensé que la ibas a vengar... jajaja no le dijiste eso en su lecho de muerte puajjajajaja... que gracioso debo admitir que nunca me agradaste, pero por lo menos al final me hiciste reír sin yo tener que fingir-dijo para después suspirar- ya que estoy siendo franco debería agregar que me sorprendió lo pronto que llegaste si hubieras subido directo al segundo piso, admito, mis planes se hubieran frustrado, después de todo señor perfecto nunca pude ganarte, ni en los estudios, ni los deportes, ni la chica, ni siquiera a mis propios padres... nada- decía mientras se alejaba y tomaba la vela encima de mi escritorio- aahh mi querido Ben debes de estar frustrado en estos momentos creo por fin entiendes como me sentí... mira a tu amada Lizz es incluso bella estando muert-
-No te atrevas a mencionar su nombre- dije con dificultad y botando sangre de la boca.
-Jajaja...-se rió mientras se agachaba para hablarme- mírate defendiendo su honor aun cuando la muerte te abraza, no podrías verte más patético- dijo mientras sacaba y veía su reloj de bolsillo- mira eso ya es tan tarde bueno creo que es hora de desapar-
-Yo te maldigo cof... a quien sea me escuche le daré todo cof cof... mi ser con tal de maldecir a este hombre y su legado cof... todo lo que deje atrás. todo aquel que porte su sangre será maldecido con la desgracia cof cof ..., que toda tierra de su pertenencia no seá prospera, cof... y toda casa que te pertenezca atormente a sus dueños cof cof... los hará sentir tan desdichados que pensaran que sería mejor la muerte pero ninguno morirá hasta ser longevo y el tormento los perseguirá hasta el fin de sus días esa es mi maldición- dije con las fuerzas que me quedaban y casi sin alientos.
- puajajajaja... En serio una maldición, casi me das lastima aún estando en tu lecho de muerte es demasiado indigno solo usar palabras como último recurso para tu venganza... como sea ya es hora de irme-decía mientras se levantaba y me daba la espalda- ¡oh! y no te debes preocupar no me van a arrestar por sus muertes, después de todo quedaron atrapados durante el incendio y murieron juntos como la hermosa y trágica pareja que son, mientras que yo iba camino a tu casa pero era demasiado tarde y para cuando se extingan las llamas no quedará más que cenizas que limpiar... adiós por siempre Bentley - dijo con una sonrisa macabra.
-Púdrete William-dije con el aliento que me quedaba mientras el con la vela incendiaba los libros de los estantes y los muebles de la habitación para después irse y cerrar la habitación. Y así en medio de las llamas me arrastre hacia Lizz y cogí su mano hasta que todo fue oscuridad otra vez.
Pero dentro de la densa oscuridad salía una luz, entonces todo ya no era oscuridad, ahora era luz y me desperté paralizada, lo único que podía hacer era parpadear y mover mi boca, cuando de debajo de mi cama sale una mano grande, tan negra como la oscuridad y tan espeluznante como la de un monstruo, y me araña la pierna y se vuelve a esconder y lo puedo escuchar moverse bajo mi cama dirigiéndose a la cabecera de la cama, y me susurra desde debajo- libérame... me escuchas pagarás por esto...- susurro mientras lo escuche irse.
-Deja eso donde estaba y cierra la caja.- dije, asustando a Chad, que observaba un objeto cerca de mi escritorio, mientras desde la esquina izquierda de mi pequeño cuarto crecía una sombra.
-Perdón... mmm yo venía a despertarte.- decía mientras la sombra tomaba forma y generaba un cuerpo, creciéndole horribles manos con forma de garras y ojos rojos que parecian llamas.
-Solo deja la piedra en la caja y cierra la caja.- dije con tranquilidad.
- ¡Ah! si, claro.- dijo y mientras él guardaba la piedra en la caja, y en un intento desesperado la sombra se lanza hacia mí, pero ya era tarde porque Chad lo había sellado.
- ¿Cómo abriste el cofre? Yo oculte la llave. - pregunte.
- ¿Es así?, estaba abierto, se cayó cuando entré y pensé que era raro que tengas guardada una piedra como esta... No sabía que te gustaban estas cosas.- dijo en tono bajo, nervioso.
- No lo hacen, a mí no me gusta.- dije mientras me sentaba.
- ¿Entonces por qué la guardas?... No lo entiendo. – dijo con su típico tono suave.
-Yo tampoco...- dije mientras me paraba- Dile a mi padre que bajo en 20 minutos.
-Claro... yo ya me voy, no quiero llegar tarde por tu culpa. – dijo en tono burlesco mientras se iba de la habitación.
-... te mentí...- dije mientras veía la caja- no sé si me gusta, pero con ella puedo sentir y es todo lo que necesito saber.
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Fin del Capítulo I -Mis peculiaridades
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Parca*
Подростковая литератураDione es una joven de 18 años quien posee un distintivo don, sin embargo ser diferente es la razón que lleva a esta joven a una travesía de experiencias y conocimientos que nunca se pudo imaginar. Acompaña a la joven Dione en esta travesía.