Prólogo

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Estaban en el jardín privado de la emperatriz, el pelinegro le puso una flor detras de la oreja de su amada Rashta, cariñosamente: la de cabellos plateados beso su mejilla.

—Mi querida Rashta.. —tomo las manos de su amada amante. —yo nunca te cambiaría.

—¿y como creo eso, Tyron? —el chico tomo delicadamente su rostro.

—Si quieres, lo juro aquí y ahora.. Con un beso.

Rashta esperando que eso fuese verdad, se quedo quieta, dando a entender que el contrario sellara su amor.

El joven beso a su amante, era un beso tierno y lleno de dulzura.

El Amante [L.E.D]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora