IRIS
Me miro al espejo cubriéndome las ojeras que traigo, tengo un poco de sueño y no quiero dormir porque simplemente el sueño no me llega desde hace dos días en que vi a Blake morir recordando a Ryan, y al maldito hijo de perra está vivo siendo un puto traidor que está con la mafia irlandesa.
Me hago una media cola caminando en dirección a la puerta, salgo de la habitación sintiendo que los ojos me duelen debido a las lágrimas que sustituyeron mi sueño. Me dirijo a la cocina para poder desayunar alejando pensamientos que solo me cristalizan los ojos, encuentro a Lía en la estufa y le saludo con cortesía sentándome junto a Emi que está alrededor de la isla comiendo con pocas ganas, le acompaño en el desayuno mientras ninguna emite palabra alguna, el silencio no es incómodo, es algo un poco reconfortador.
Sasha ingresa sosteniéndose de la pared, niega con la cabeza unos rápidos segundos y se sienta junto a nosotras, frunzo el ceño al verla un poco cansada, toma una tostada embarrándola con mermelada de fresa empezando a dar bocado.
Emily termina primero debido a que ella llegó antes que nosotras, el fénix ingresa con su habitual mirada asesina que funde miedo a todo el mundo, la incomodidad se siente en el aire, él simplemente abre la refrigeradora sacando una botella de agua, Lía deja huevos revueltos frente a Sasha, ninguno mira al otro y me mantengo al margen al igual que Emily hasta que el hombre de ojos azules hace gestos como si la sensación de disgusto le ganara, se retira como si nada pasara cuando es obvio que ni él ni Sasha van cruzar palabra, aunque siendo sincera, yo tampoco lo haría si entregan a mi familia.
- ¿Desayunó? — la voz de Sasha me hace prestarle atención.
- No sé, llegué apenas unos minutos antes que tú — respondo girando a ver a Emily.
- Yo tampoco sé, no es como si fuera a preguntarle, él da miedo — Sasha suelta una sonrisa débil.
Mi amiga se retira sin terminar de desayunar, Emily se levanta para salir por la puerta trasera y Lía recoge todo mirándome por leves segundos hasta que desvía la mirada siguiendo en lo suyo, espero no tener algo en la cara, aparte de las ojeras. Me retiro mirando cada paso que mis pies dan, las ganas de llorar me lo aguanto, en la mente tengo la imagen de la rusa que quiero matar, no solo Dimitri Petrov tiene la vida contada, la perra de Nadya Chernova se le acaba de unir, no fue difícil saber de ella cuando Fabio y todos aquí conocen a sus enemigos.
«La C de cachorra» me miro la muñeca adornada por el brazalete que él mismo me dio.
Llego al jardín encontrando a los darkness, algunos me miran con las ganas de querer matarme, otro no, se mantienen al margen, no todos son tan odiosos, y hablando de odiosos, mi vista recae en el rubio de ojos miel que está sentado con la laptop en sus piernas supongo revisando lo que el fénix le ha mandado. Me acerco al mismo tiempo que él se levanta cerrando la Mack Book, observo las heridas físicas que tiene y hago un gesto pensando en que darle un tiro al capo di tutti capi no es una opción.
- Tienes que ir con Domenico.
- ¿Si viste a Domenico? — hago una mueca — exacto, capitana.
- Pero al menos se deja tratar las heridas.
- No tengo tiempo para eso — se retira provocando que lo detenga — suéltame — espeta con enojo y lo suelto de mala gana mirándole de mala manera.
- Ya estuvo suave ¿no? — hablo con un ápice de enojo — ¿te vas al laboratorio por las buenas o una bala te dejo en el hombro para que vayas por las malas? — suelta una sonrisa arrogante.
- Hazlo — tenso la mandíbula dirigiéndome a la mesa para tomar un arma y quitarle el seguro para de inmediato disparar haciendo que todos se queden en silencio por largos segundos, Abner se tapa la boca ocultando su sorpresa y los demás se miran entre ellos.
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Fénix Italiana © (2) / [+21] ✔
RomansaHa pasado más de un año, nuevos amores, nuevos amigos, nueva vida, la agente Mills Russell, una de las mejores agentes en SEILD, dada por muerta el día de su rescate, pero el pasado siempre acecha y el de ella viene junto a un operativo que le hará...