Ballisaray [Fanfiction EXO/ KaiSoo|SooKai-HunHan]

Ballisaray Cap 31. Abrázame

«No estás cerca cuando más te necesito.

No existe el amanecer en las mañanas.

Es como si las noches estuvieran llenas de melancolía.

Te he echado mucho de menos.

La noche es una excusa.

Abrázame».

Tarkan—Saril bana.

Fuente OrangeDeer947

      Luhan se levantó temprano, mucho antes que todos en casa y con sus pies descalzos fue a preparar el desayuno, minutos después su madre lo sorprendió en la cocina.

     —¿Qué estás haciendo? —preguntó asombrada. Su hijo sonrió como el chico bueno que deseaba ser.

     —Hice el desayuno para todos.

     —Luhan... has utilizado los ingredientes que guardé para la cena de esta noche— se lamentó ante el mal uso de la comida.  Luhan abrió su boca en señal de sorpresa. Observó el montón de comida sobre la mesa. Estaba acostumbrado a cocinar para un montón de gente en Aşk Sarayı y ahora lo había desperdiciado todo— No te preocupes, ya pensaré qué cocinar en la cena. Muchas gracias por el desayuno, Lu... Solamente, no te inquietes por eso una vez más, debiste descansar y despertar más tarde, como todos —sonrió.

     No fue un regaño —se repitió Luhan en su mente—. De hecho, para haber cometido tremendo error, su madre lo trató de forma muy dulce, pero entonces, ¿por qué sintió tantas ganas de llorar? Hubiera deseado aprobación, pero sólo se equivocó torpemente. Tragó grueso antes de obligarse a sonreír y retirarse a su habitación como la señora Mei le indicó. Aprendió que lo mejor era no tocar nada. Ya en ese hogar las costumbres y rutinas estaban establecidas y no sería él quién las haría cambiar, no tenía ese derecho.

     Durante el día se movía por la casa al ritmo en que estaba acostumbrado a hacerlo: como una sombra. Era el único modo en que sabía desplazarse, por esto terminó dándole varios sustos a la gente que de repente lo encontraba en una esquina o a sus espaldas y se sobresaltan por la impresión. Se enteró de una pequeña pelea entre su hermano mayor y su cuñada, también de que su hermano menor escondía cigarrillos bajo la cama. No eran cosas que husmeara a propósito, pero él sabía ver detalladamente.

     Su cuñada estaba empezando a sentirse un poco tensa debido al silencio de Luhan y sus pasos ligeros, así que para mantenerlo ocupado le pidió ayuda con su bebé y se la entregó en los brazos mientras ella iba por el biberón. Luhan observó a su sobrina tan liviana y pequeñita, olía bien y era el estándar de la inocencia. Algunas imágenes cruzan por su mente sin poder contenerlas y pensó en todas esas mujeres que ayudó a abortar y a los bebés que vio nacer y desaparecer casi de inmediato. Se sintió mareado. En cuanto Yia se acercó, prácticamente le lanzó a la pequeña y corrió al sanitario a vomitar. Tal vez esos bebés no eran sus sobrinos, pero eran hijos e hijas de mujeres que él apreciaba y el solo recuerdo de sus paraderos le daban ganas de morir.