Quiero que tú quieras [Elbdo #2] COMPLETA

Capítulo 6

Todo mi cuerpo está temblando. Siento que estoy en una nube de la que no quiero bajar y es que cada vez que Mark toca mi piel lo hace como si me adorara y quemara al mismo tiempo ¿Cómo es posible?

Cada caricia, cada toque, cada movimiento provoca tantas sensaciones difíciles de describir. La piel se me eriza y mi sexo palpita mientras pasea la punta de su miembro por mi sexo ¡Dios! Estoy tan sensible que incluso eso podría hacer que me corra.

Mark me observa con los ojos cargados de deseo. Paseo mis manos por sus brazos observando las venas marcadas en ellos, la tinta en su piel y esa musculatura bien definida. Se ve tan sexy en este momento que quisiera tenerlo así por siempre; sobre mí.

Estoy por suplicar por tenerlo más cerca pero no es necesario ya que con un solo movimiento me llena por completo haciendo que todo mi cuerpo se sacuda y un jadeo escape por mi boca. Permanece quieto, se inclina lo suficiente para repartir besos por mi cuello y ¡cielos! La piel se me eriza.

—Alyssa—gruñe en un tono demandante y como si fuera un instinto, me arqueo—. Joder, que bien te sientes.

Vuelve a embestirme, va lento pero fuerte, haciendo que incluso el aire me falte y mi cuerpo se tense. Mark se aleja y me mira fijamente a los ojos.

—¿Estás bien? —susurra casi preocupado.

—Sí—prácticamente gimo—. Pero necesito más—rodeo sus caderas con mis piernas y lo aprieto contra mí—. Por favor...

Él se tensa, me besa mordiendo mi labio inferior y luego suelta un suspiro entrecortado. Entonces agarra mis caderas con fuerza y empieza a embestirme sin piedad. Entra y sale, una y otra vez golpeando duro y tocando ese punto en el que... ¡Santo cielo! Voy a morir y moriré feliz.

Aunque trato de evitarlo, los ojos se me cierran. Mi cuerpo se contrae y siento cada musculo de mi cuerpo más tenso. Es como si fuego recorriera mis venas y se centrara en un solo punto ¡Dios! No hay nada como esto.

Los gruñidos de Mark son mi nuevo sonido favorito, junto al golpeteo de nuestros cuerpos y cada gemido que él provoca. Después de haberme corrido con su boca todo es más intenso y cuando alcanzo mi orgasmo es definitivamente otro nivel.

Grito, o eso creo. Lo único de lo que estoy segura es de que podría ver estrellas si abro mis ojos. Mi cuerpo se sacude y creo que estoy temblando.

Mark se corre justo después de mí y tengo que corregirme, porque mi nuevo sonido favorito definitivamente es él gimiendo mi nombre con una voz ronca y sexy mientras alcanza su clímax.

Abro mis ojos y él se inclina pegando su frente a la mía, clavo mis dedos en sus hombros y dejo un beso en su cuello. Me siento tan débil, tan cansada aun si yo no he hecho nada.

—¿Estás bien? —vuelve a preguntar.

—Estoy en el cielo—susurro y ambos reímos.

Roza su nariz con la mía y luego me besa mordiendo mi labio inferior.