❣️💧Capítulo 2💧❣️

43 5 0
                                    

Mix

Domingo, 27 de noviembre de 2011.


Mañana

Tiró de un lado, jaló del otro. Si no paraba de hacerlo, el trozo de tela terminaría por romperse en dos pedazos. Tomó un extremo, lo lanzó de regreso, lo pasó por en medio y paró.

"Papá, ¿me comprarías un piano?"

No podía creerlo. Esto tenía que ser una broma. Su padre no debería estar muerto, él no lo había dejado solo.

"Hay alguien que quiere conmigo."

"¿Chico o chica?"

"¡Papá!"

"Lo digo porque si es chica no hay problema, pero si es un chico lo ahuyentaré, no confío en los hombres."

"Tú eres uno."

"Por eso lo digo. No me importa si es hombre o mujer, mientras te haga feliz."

Debería estar preparando las maletas para el viaje que su padre le había promedito por su cumpleaños número 18, debería estar pensando en su itinerario, no en un funeral.

—Papá —musitó.

Los ojos irritados del menor expresaban su dolor, un dolor que lo carcomía con lentitud. Quería gritar, quería correr, quería ver a su padre. Deseaba que esto fuera sólo una pesadilla.

Esperaba que, al menos una persona se compareciera de él. Por un momento, pensó en lo egoísta que había sonado eso en su mente. Él no merecía ese tipo de atención, sólo por no ser su hijo. Noon, su hermana, tenía todo ese derecho.

—¡Mix! —Lalita palmeó sus manos con fuerza—. ¡Apúrate, que estamos retrasados! —pasó su mano por los ojos del menor—. ¡¿En qué diablos piensas?! —lo movió por los hombros, sin recibir respuesta.

—Mamá. ¿Qué son esos gritos? —Noon entró con apuración.

Mix apreció los ojos rojos e hinchados de su hermana, eso confirmaba que su poca estabilidad emocional. Ahora se sentía más patético. Había robado el tiempo de duelo de ella gracias a los gritos histéricos de su madre. Él sólo inclinó la cabeza como signo de vergüenza.

—Tu hermano que aún no ha terminado de arreglarse. Sigue siendo el mismo inútil —dijo sin pensarlo—. ¡Despierta de tu maldito sueño, por una vez en tu vida, no sólo eres tú! —Lalita salió de la habitación con sus labios fruncidos.

No sólo eres tú. Todo el tiempo la escuchaba de la boca de su madre, aunque, a veces, pensaba si en realidad lo era.

—¿Por qué me odia, Noon? —Las lágrimas del mayor comenzaron a caer por sus suaves y pálidas mejillas, las cuales pasaron a un tono rojizo.

—No pienses eso de ella, ¿sí? —suspiró, agobiada—. Mamá está un poco aturdida por la muerte de papá, no la malinterpretes.

—Siempre ha sido así conmigo —soltó un respiro entrecortado—. No recuerdo que haya sido afectiva en el pasado. Siempre le molesta lo que hago.

—Bueno, ten por seguro que mamá no te va a lastimar, no, mientras yo esté a tu lado. —Le dio unas palmaditas sobre su hombro.

—¡Ya terminaron! —El chillido se escuchó desde las escaleras—. ¡Vamos a llegar tarde!

Mix terminó de hacerse la corbata.

—¡Ya vamos! —gritó Noon—. Ahora, sólo debes preocuparte por tu chico, es un hombre muy valiente, y créeme, a papá le hubiera gustado verte feliz con él.

El ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora