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Años atrás, la familia Hyoko era de buen apellido, controlaban una le las distribuciones de joyas más grande de América en ese entonces. O al menos así era antes.
Antes de que la desgracia controlará a la familia tras la muerte del padre, Kokuyo Hyoko, director y jefe de esa empresa.
Todo eso pasó mientras Kohaku era solo una niña de diez años, no entendía del todo lo que pasaba, lo único que podía comprender era una cosa.
“Las cosas nunca volverán a ser como antes”
Tras la misteriosa muerte de su padre y sin ningún heredero a la edad para esta, la empresa fue movida a manos del único socio que tenía su padre.
Ibara Gomi, un avaricioso y perverso hombre que venía de una isla en Japón, él se quedó con todo. Y cuando decía TODO era todo, las dejo sin siquiera la décima parte de lo que sería su herencia, pero no sé quejaron.
¿Que podrían entender un par de niñas en ese entonces?
No fue hasta que Kohaku pudo notar los primero síntomas de su hermana cuando vio que todas esas veces donde la llevaban al hospital no era en vano.
Ruri tenía una enfermedad muy grave, heredada de su madre y la cual puede ser transmitida genéticamente.
Pero por suerte Kohaku no tenía tal enfermedad.
Ambas intentaron salir adelante aún con eso, siendo ayudadas por una familia de clase media que vivían en el mismo estado.
—Hola, ni nombre es Chrome Sakurai— saludaba el niño castaño mientras extendía la mano.
—Hola, soy Ruri y ella es mi hermana Kohaku— correspondió la mayor, mientras era ayudada por su hermana a pararse, le dolían mucho los huesos.
—¿Necesitan ayuda?— pregunto de repente, viendo como Kohaku batallaba en mantener de pie a su hermana.
—¡Ja! Si no te molesta—
Ya tenía doce años para ese momento, cuando lograron alejarse de Ibara, o mejor dicho, ese bastardo las dejo ir por ya no ser tan necesarias, además Ruri ya contaba con diecisiete años.
No pudieron hacer mucho después de eso, al poco tiempo Ruri dejo de caminar y a petición de ella Kohaku volvió a estudiar mientras eran acogidas por la familia Sakurai.
Hay fue cuando lo conoció, mientras daba un desvío, por accidente había caído sobre un chico extraño.
—¡¿Pero qué...?!— fue lo único que escuchó, antes de aplastarlo mientras bajaba de un árbol.
—Ops...lo siento ¿Estas bien?— pregunto al pararse, no vio que alguien estaba abajo.
—Si...solo uno que otro hueso roto...au— murmuró en un quejido de dolor.
Kohaku cómo pudo lo levantó y cargo hasta un lugar cercano para que descanse.
—En verdad lamento lo que pasó, pero ¿Que hacías tú en ese parque y a estas horas?— era sospechoso, después de todo ya era de noche.
—¡Agh...!— se quejó, aún sintiendo el golpe —No soy de aquí ¿Okey? Vengo de Tokio, Japón y créeme...— torció su cuello —No fue el mejor recibimiento departe de los estadounidenses—
—¡Ja! Eso no explica por qué estabas ahí—
—Me perdí ¿Bien? Es la primera vez que vengo desde que era niño— y todo había cambiado desde entonces.
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Tú DOLOR (SenHaku)
RandomElla lo llama "Error" Él lo llama "Vida" Distintos puntos de vista los han separado, ahora ni se pueden ver a la cara. Él volvió a Japón para estar tranquilo junto a su hija, pero el destino los traicionó y volvió a traer su pasado [...] La volvió...