Pokecuento: Cambiar al mundo

Capítulo 51: Genética...

Habían pasado ya 4 años desde que Boshū derrotó a Rosalie y se volvió su pareja, partiendo a la región de Kalos, llegando a la Ciudad Yantra de dicha región y hospedándose en la torre maestra, hogar de los lucario de la dinastía de Kalos. Siguiendo con la sugerencia del joven lucario oriental, la pareja tomó las cosas con algo de calma, dándose espacios para conocerse un poco mejor, algo que resultó bastante bien pues de esa forma la heredera y su pretendiente descubrieron que se complementaban bastante bien tanto en el combate como en su modo de pensar, llegando a sentir un amor genuino el uno por el otro, algo que ya nada tenía que ver con una simple relación por compromiso, fue gracias a esa relación y un duro entrenamiento que el lucario pudo acceder a la megaevolución, ahora portando un brazalete y un collar iguales a los de su pareja. Tal y como Boshū había prometido, había visitado al Clan Kongōseki en Sinnoh unas pocas veces, aunque por las reglas de la dinastía lucario, aún no había podido llevar megapiedras. Todo parecía ir bien para la pareja, más algunas asperezas empezaron a salir a la luz cuando la pareja decidió tener hijos, con las primeras crías, Boshū pudo notar como Rosalie, quien en lo que llevaba de conocerlo, se caracterizaba por ser una hembra firmé y algo tosca, pero a su vez bastante alegre, risueña y amable, con sus crías era, aunque cariñosa, también bastante sería y estricta, especialmente con los regímenes de entrenamiento, que a los ojos del lucario oriental, eran demasiado excesivos para unos pequeños riolu, por suerte, esto no era nada con lo que el lucario de Sinnoh no pudiera lidiar, siempre podía hacer que su compañera fuera algo más "suave" con los entrenamientos de sus crías, sin embargo, esto no era más que la superficie de un problema que se haría evidente con el tercer hijo de la pareja. Todo se desencadenaría en el centro pokémon Ciudad Yantra, con la pareja sentada en los muebles de la recepción, el macho se veía particularmente aburrido.

— Recuérdame para qué es todo esto del examen... — Dijo Boshū mirando a su pareja con algo de aburrimiento — Yo todavía no le veo el chiste...

— La medicina de aquí es considerablemente más avanzada que la que ustedes tienen en Sinnoh, por eso tenemos estos exámenes genéticos — Respondió Rosalie con seriedad — nos permiten saber prácticamente todo sobre el desarrollo de un pokémon aún si es solo una cría, en qué va a destacar en combate, si heredó algún movimiento de sus padres e incluso con los riolu que tanto dominio tendrán de su aura, todo solamente analizando pequeñas muestras de ADN.

— Como ya lo dije 2 veces antes... ¿Eso no es un poco inútil? — Preguntó el lucario de Sinnoh, aún sin entender el afán que su pareja tenía por hacerle estás pruebas a sus hijos — Todo eso lo vamos a saber eventualmente si los entrenamos, así podemos trabajar en cualquier defecto que tengan.

— Es cierto, pero es bueno evaluar su genética para saber desde el principio quienes tienen mayor potencial y podrían heredar el mandato — Replicó la lucario de Kalos — así podemos separarlos de los mediocres.

— ¿No es demasiado cruel calificar a nuestros hijos como "mediocres" por cómo nacieron? — Preguntó Boshū con algo de molestia — Con el entrenamiento adecuado, cualquier pokémon puede ser poderoso, sin importar eso de la genética.

— Tienes razón, pero la diferencia es que el que tenga la mejor genética se volverá fuerte más rápido y con menos entrenamiento que los demás — Respondió Rosalie mirando a su pareja con seriedad — los otros necesitarán el doble o el triple de tiempo para igualar los logros del que tiene la mejor genética si todos siguen el mismo entrenamiento. Por eso lo más adecuado es darle prioridad a los que tengan la mejor genética como sucesores para nuestro mandato.

El lucario de Sinnoh iba a protestar ante las palabras, a su juicio insensibles, de su pareja, más fue interrumpido por la encargada del centro pokémon, una wigglytuff con un gorro de enfermería, quien salió al mostrador cargando a un pequeño riolu en sus brazos.