Ansorm despertó junto a su alarma, se sintió algo aturdido cuando trato de levantarse antes de notar que en realidad no estaba en su cama, ni siquiera estaba acostado, el chico trato de tallarse los ojos en un intento de despertar pero cuando alzó los brazos se detuvo al mismos tiempo que sentía un fuerte pinchazo en la espalda, trato de estirarse para liberar su espalda del dolor pero solo consiguió tronar su espalda, maldiciendo a cierta pelinegra y a los canales de YouTube que prometían ser expertos en la meditación.
Su día aún así empeoró al darse cuenta que tendría que ir al colegio una vez más, una vez más.
Ansorm se sentó junto a Rías saludandola con una sola sonrisa, con desgana se dejó caer en su pupitre recargando la cabeza en la ventana mirando a través de esta, nadie se acercó a él ese día, nadie quería perturbar la calma de su tristeza, a pesar de que las clases seguían con normalidad nadie lo llamo dejando que se adentrará profundamente en sus pensamientos mientras trataba de escuchar los ecos de una vida olvidada.
Los profesores ignoraron al rubio igual que lo harían con cualquier otro alumno que no pusiera atención, no era el único despistado últimamente, la señorita Gremory también parecía bastante distante ante cualquier persona, incluso su hermana adoptiva la señorita Himejima parecía estresada, quizás algo había pasado entre ellos o solo era una coincidencia.
Los alumnos no se atrevían a acercarse a ellos, un defecto de la sociedad japonesa, no se sentían parte del mismo círculo social, incluso si algunos querían tender una mano amistosa se escudaban diciendo que ellos tenían sus propios problemas, aún así al ser algo que involucraba a los alumnos más populares de la academia Kuoh rápidamente empezaron a surgir todo tipo de rumores, el más famoso sugería algún tipo de triángulo amoroso entre ellos, aunque los más conspiradores suponían que los tres habían realizado algún tipo de ritual para alguna deidad oscura.
El día transcurrió sin que nada cambiará hasta que por fin el último timbre sonó, las clases obligatorias habían concluido dando paso a las actividades extracurriculares como lo eran los clubs, todos los alumnos tomaron sus cosas para irse exepto por dos que no se movieron de su asiento.
Dentro del aula casi vacía se quedaron Akeno y Rías, la primera se mostraba claramente incómoda ante la dura mirada que recibía de su ama.
-No puedo creer que hayas hecho esto a mis espaldas-, dijo de forma neutral Rías sin revelar ninguna emoción.
-Yo...
-¡Cállate!-, ordenó la pelirroja.
-...
-Probablemente tengas tus razones pero está vez fuiste en secreto contra mi voluntad, incluso conspiraste con otra heredera para lograr tu objetivo-.
-...-, Akeno simplemente guardó silencio mientras recibía el regaño de su ama tensandose cuando vio que está levantaba su mano.
Un golpe tan suave como la acaricia de una pluma tocó la mejilla de Akeno, seguida de un pequeño abrazo de parte de la pelirroja que le pidió entre susurros que renunciará a intentar ayudarla, que fuera feliz sirviendo a su sobrino Millicas Gremory y que comprendiera que esto era algo que tenía que afrontar sola.
Así fue como el salón se quedó únicamente con Akeno en su interior que al parecer se había hecho de oídos sordos manteniéndose firme en su decisión de salvar a su ama.
De regreso con Ansorm el rubio había ido a parar de nuevo a la azotea donde miraba el club de herbologia, realmente le había atraído aprender sobre el cultivo y la agricultura aunque se había comprometido en unirse al club de ocultismo si este lo aceptaba.
-Gurunya-.
-Nyaaa-.
(¿Nya?), Se pregunto Ansorm para después voltear al lugar del ruido.
A unos veinte metros se encontraban dos chicas jugando de una forma muy cariñosa entre ellas, ambas estaban asiendo sonidos de gato, aparte de su comportamiento su apariencia también era algo extraña, la mayor tenía un pelo negro y la menor albina, ambas con orejeras de gato y unos hermosos ojos amarillos... Definitivamente eran los ojos más extravagantes que había visto, incluso tenían las pupilas con forma de ranura, tenían un parecido anormal a un gato.
Recordaba a la más pequeña como una integrante de club de ocultismo... Quizás el club no era tan inaccesible por lo popular de sus miembros y era más algo de su comportamiento único, aunque podía llegar a imaginarlo por el simple nombre del club, si no recordaba mal Akeno había mencionado que algunos miembros dormían dentro del club ¿Que tipo de secretos guardara ese edificio?.
El chico dejo de lado sus pensamientos cuando su teléfono sonó, había recibido un mensaje corto de Akeno... Al parecer había sido aceptado en el club y tenía que presentarme cuanto antes.
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Quetzalcóatl un dios en dxd
FanfictionHace miles de años los aztecas perdieron a su Dios más importante, Dios de la vida, la luz, la fertilidad, la civilización y el conocimiento, señor del viento, había partido del continente prometiendo que volvería, su promesa había acabado con los a...