1°- HISTORIA. LA CAÍDA DE UNA INOCENTE. EL INICIO DE MI DESGRACIA.

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Hola me llamo Miranda soy una mujer de 32 años, tengo un hijo de 13 años (lo tuve a los 19). Su padre, mi esposo murió hace 8 años (cuando el tenía 5 años) debido a algunas complicaciones por mi embarazo mi hijo nació con una condición mental que hace que se sienta muy nervioso ante la menor alteración en su zona de confort haciendo que entre en pánico y con la repentina muerte de su padre lo afectó profundamente que ahora que busca el amor paterno en cualquier figura masculina que el viera lo cual me preocupa mucho ya que no quisiera que alguien malo se aprovechara de el. De hecho una vez lo lleve con un psicólogo y un doctor, ambos me dijeron que si llega a encontrar alguien que a su mente remplace a su padre se volverá 100% dependiente de el, lo cual significará que el nunca lo va a desobedecer, y eso no es algo que me agrade mucho que digamos, pues ¿Qué pasaría si aquella persona es mala? Espero que eso nunca pase. Aunque eso ya pasó y les diré porque.

 Cuando el estaba en 3°- de primaria conoció a un niño bastante peculiar, se veía muy maduro y era popular por ser el más valiente, el al principio no le hacía caso lo sé porque cuando lo recogía el estaba siguiendo al niño y el solo le decía que se perdiera. Al entrar en la secundaria el también estaba en el mismo salón que mi hijo, lo supe cuando hubo junta de padres (solo vino su padre y se veía una persona de carácter fuerte e imperturbable ante cualquier cosa) ahí fue en la junta de padres cuando lo vi en persona. Era un niño de la misma edad que mi hijo, tenía el pelo negro y le llegaba a los ojos, era un poco más alto que los demás niños del grupo y se notaba que era alguien fuerte, demasiado para su edad.

Caminé hacia ellos con la intención de saludarlos. El niño tenía cara de estar molestó pero en cuanto me vio abrió los ojos como platos y abrió la boca cuando los saludé, supongo que es tímido con las personas mayores, me presenté y el me dio una sonrisa muy extraña.

-¿Ella es tu madre?-Le pregunto a mi hijo cuando estaba en frente de el.

-Si ella es mi mamá- Respondió el con total orgullo. El niño me miró de arriba a abajo con detenimiento, en su mirada detecté algo de lascividad pero tan pronto la vi desapareció.

-Mucho gusto señora soy Kei Mikoro- Hablo el haciendo una reverencia.

-Igualmente. Soy Miranda Grace-Dije extendiendo mi mano y dándole una sonrisa.

Este la tomó con suavidad, pareciera que la tomaba un adulto no un niño y de la nada un siniestro escalofrío recorrió mi espalda, mi vista se nublo y tuve el presentimiento de que algo muy malo iba a ocurrir y eso me traería muchas desgracias. De la nada y sin previo aviso tuve una especie de visión bastante perturbadora; estaba en una habitación desconocida, estaba tirada en la cama boca abajo, no podía moverme, quise hacerlo pero al parecer estaba atada, tenía los brazos extendidos y las piernas juntas y estaba atada a las patas de la cama además de que estaba en ropa interior y de la nada apareció alguien a quien no pude verle la cara pues era borrosa sólo se veía que no traía camisa, el se subió en mis piernas, acaricio mis nalgas una por una, me las pellizco y apretó, yo sentía como mis nalgas eran manoseadas por sus manos de aquel extraño de estatura baja, sus manos lentamente subieron a mi cintura y tomó el resorte de mi calzón, jugó con el por unos segundos y luego me bajó el calzón con lentitud hasta mis tobillos. Acerco su cara a mi trasero no sabía lo que iba a ser y estaba temblando del miedo hasta que sentí que algo frío y húmedo recorría mis nalgas. Era su lengua, el me estaba lamiendo y llenando de saliva mis nalgas desnudas, quería decirle que parará pero solo podía emitir quejidos y luego el me separó las nalgas y lamió mi ano se sentía tan real y horrible que solo quería levantarme y escapar de ahí pero luego el se levantó, sentí un escalofrío en mis nalgas desnudas, levantó su mano izquierda y me azotó mis nalgas lancé un grito ahogado, el inmediatamente comenzó a nalguearme sin parar yo solo podía gemir mientras el me nalgueada con cada vez más fuerza, de repente oí como se bajaba los pantalones y me quitaba el sostén agarró mi cabello y comenzó a follarme, sentí como su miembro entraba y salía de mi, quería moverme pero no podía solo escucha su risa de victoria que me volvía loca. Era más que obvio que estaba siendo violada.

CUENTOS DE UNA LUJURIA DESENFRENADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora