3°- DÍA. HORRIBLE PRESAGIO.

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Visitar a Teresa realmente no fue la mejor idea que aquel ese día y por eso ahora tengo más problemas para resolver y todo antes del domingo.

Luego de lo que paso, no hubo mayores problemas. Mi hijo llegó con Kei, jugaron un rato, Kei se comportaba como un caballero, me ayudo en la cocina, limpió luego de jugar con mi hijo. Noté que a veces el parecía molestarle la actitud (algo infantil por cierto) de mi hijo pero cada que parecía molestarse el suspiraba, me volteaba a ver y sonreía. Su sonrisa era algo "coqueta" aunque la verdad no sabría decirlo después de todo no convivo con otras mamás, las desventajas de aislarte del resto del mundo.

A la mañana siguiente me levanté, preparé el desayuno. Mi hijo hizo lo mismo y se fue a la escuela, pasé el resto de la mañana limpiando y pensando en un plan de como evitar ese futuro y el de Teresa pero no sé me ocurrió nada.

Por la tarde llego mi hijo y Kei de la escuela.

-Hola mamá ya llegué-Dijo mi hijo dándome un abrazo.

-Buenas tardes Miranda-Dijo Kei mientras me besaba la mano lo cual me sorprendió mucho.

-Oh si, me alegra que llegarán-Dije ocultando mi sorpresa-Vayan a jugar arriba en seguida les preparó un refrigerio.

Mi hijo fue a su cuarto y Kei lo siguió, yo me fui a la cocina a prepararles un refrigerio. Cuando lo termine fui hacia arriba a dárselos. Me recibió Kei quién parecía que me estaba esperando.

-Gracias señora, no se hubiera molestado-Dijo Kei.

-¡YYUUPPII! Comida Sii-Dijo mi hijo para luego tomar el plató con la comida y ponerlo en su cama.

-Oye no pongas la comida en la cama que la puedes tirar-Le dije a mi hijo.

-Si Magnus, no lo dejes en la cama-Dijo Kei quién estaba de mi lado.

Cierto ¿por si no se los dije? el nombre de mi hijo es Magnus.

-Esta bien no se enojen-Dijo mi hijo para luego quitar el plato y ponerlo en su escritorio.

-¿Te diviertes Kei?-Le pregunte.

-Si señora, no se preocupe, esto es más divertido.

-Eh, ¿Eso que quiere decir?-Le pregunte curiosa por no saber a qué se refería.

-A nada señora-Me dio una mirada muy extraña.

-Mira mamá el dibujo que hice-Mi hijo me mostró el dibujo que hizo con Kei, me incliné a verlo era una araña multicolores algo muy bonito. Cuando de la nada sentí como una mano agarro y apretó una de mis nalgas.

-¡Ahhhhh!-Dije sorprendida al voltearme y ver quién había sido. Había sido Kei quién parecía tener una sonrisa pero la quito de inmediato.

-Ehh perdón señora es que vi que tenía una araña ahí y pues la aplaste con las manos, aunque ahora mi mano está toda pegosteosa jeje-Vi su mano, estaba en forma de puño y una vulva salía de entre sus dedos.

-Ah, pues gracias, me asustaste pero gracias, Magnus querido lleva a Kei al baño para que se limpie la mano-Le dije a mi hijo quien obedeció, me fui del cuarto pensando que no había sentido esa araña en mi trasero.

-Son muy suaves-Lo escuché susurrar pero no entendí esa pregunta ¿Que quería decir con eso? Mientras pensaba en eso volví a la cocina

Volví a cocinar, honestamente eso fue muy extraño pero bueno creo que estoy bajo mucha presión así que no le daré importancia.

Kei estuvo hasta ya muy noche, llame a su casa por teléfono y me contestó su tío y me dijo que el había pedido permiso para quedarse. Mi hijo no me dijo nada pero le dije que ya lo sabía, supongo que a Magnus se le olvidó.

-¿Cómo está señora?-Pregunto Kei al entrar a en la donde yo estaba.

-Bien, y tú ¿Cómo estás?

-Pues aquí disfrutando de su compañía, su casa es muy acogible. A pesar de estar muy apartada es bastante calmada y silenciosa.

-Ehh pues gracias pequeño.

-Por favor dígame Kei-Dijo mientras me tomaba la mano para besarla, cosa que consideré muy caballerosa.

-De acuerdo Kei-Le dije para luego revolverle el cabello-Ya es hora de dormir mañana tu y Magnus tienen escuela.

-¿Usted también se irá a dormir?-Pregunto Kei.

-Si pero antes me daré un baño ¿Porque?-Le dije sin reparo.

-Solo para ir al baño primero-Dijo para ir a toda velocidad hacia arriba.

-Que niño tan extraño-Dije para mis adentros.

Mientras me bañaba escuche la puerta abrirse pero creí que era mi imaginación, tuve la sensación de que me estaban espiando pero no vi a nadie así que continúe bañándome.

Salí del baño y me cubrí con una toalla al salir afuera me tope con Kei.

-Hola ¿Qué haces?

-Tuve sed, veo que ya terminó de bañarse-Dijo al verme con detenimiento.

-Ohh vaya lo siento-Dijo algo avergonzada.

-No se preocupe Miranda está es su casa-Me dijo mientras volvía a besar mi mano, este niño es muy extraño.

A la mañana siguiente les preparé el desayuno a los dos

-¿La pasaste bien, Kei?-Le pregunte cuando mi hijo estaba en preparando su mochila.

-Si señora, espero volver aquí más seguido-Dijo el con una amplia sonrisa.

-Veo que te jugaste mucho con mi hijo-Le dije mientras los acompañaba a la puerta

-Sabia que mis juguetes te iban a gustar, tengo buenos muñecos-Dijo mi hijo muy feliz de que Kei quiera volver a venir.

-Eso lo sé, en especial un juguete que realmente quiero usar-Dijo Kei con una sonrisa.

-¿En serio?¿Cuál es? Te lo regalo si quieres-Magnus estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de seguir siendo amigo de Kei lo cual no me agrado mucho pero no podía quejarme, su inseguridad era mayormente culpa mía.

-¿Lo dices en serio?-Pregunto Kei sorprendido-Una vez que lo hagas no hay vuelta atrás y tendrás que vivir con eso.

-Si, tu solo pídeme el juguete que sea y te lo daré.

-Dame cuatro días. En cuatro días te pediré el juguete que quieras y tú me lo darás ¿Bien?

-SI de acuerdo-Mi hijo se fue muy feliz pero estaba algo preocupada “¿Que juguete le pedirá a mi hijo?” El no es alguien que quiera mucho sus juguetes pero me preocupa que le pida uno que aprecié mucho

-Tranquila Miranda no le pediré un juguete valioso solo le pediré uno insignificante, no soy alguien malo-Kei se me quedó viendo.

-Ah, perdón por dudar de ti y no te preocupes confío en ti, cuídate y también a mi hijo-Le dije mientras lo despedía con la mano.

-Hasta luego Miranda cuídate.

Ahora que me percató me ha estado llamando por mi nombre, bueno supongo que es por qué agarró algo de confianza me metí a la y me puse a pensar con la mayor seriedad posible. Ya solo me quedan 4 días ¿Cómo evitaré ese horrible futuro.

Pero la realidad es que el futuro ya está escrito y no había forma de impedirlo al menos para mí.

CUENTOS DE UNA LUJURIA DESENFRENADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora