15. As it was

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Los meses continuaron su curso, incluyendo el cambio de año. Los meses posteriores eran tranquilos, febrero se mostraba aún algo frío, pero la primavera no tardaría en llegar. Las vidas de ambos seguían el mismo curso, y la felicidad que sentían era cada vez mayor, en especial porque Charlotte había conseguido avanzar mucho en todos esos meses, y se mantenía en un nivel estable, que le daba mucha más autonomía que antes. La relación de ambos se había fortalecido en base a una confianza mutua, que no hacia más que crecer.

Era un viernes por la tarde cualquiera, Horacio y Charlotte habían vuelto del hospital como de costumbre, y preparaban la cena mientras esperaban a que Volkov terminara su jornada. Era una rutina a la que se habían acostumbrado y en la que se sentían cómodos. 

-Oye ¿Viktor y tú no os vais a casar?- Preguntó Charlotte con inocencia, siguiendo cortando las verduras.

La pregunta hizo que Horacio casi se cortara un dedo mientras picaba una cebolla. 

-Eh... Pues, no... no sé. Nunca hemos hablado de eso.- Se sinceró, sintiendo una extraña sensación en su pecho.

-Tal vez deberíais, porque tú te quieres casar ¿No?- Recordó una conversación que tuvo con su hijo, en la que le confesó que sí tenía ilusión por casarse y ampliar la familia.

-Bueno... Puede que le saque el tema pronto... No sé lo que opina él, igual no quiere casarse...

-Qué tonterías, con lo mucho que te quiere te dirá que sí ¡Ya sé! Podemos hacer una tarta de chocolate para la boda, con muuuchos pisos.

Horacio dejó ir una pequeña risa negando con la cabeza.

-Sí, podemos hacer eso cuando llegue el momento.

La conversación fue interrumpida por el sonido del timbre. A Horacio el extrañó, pero dio por supuesto que era Volkov y se había dejado las llaves. Tras avisar a su madre que iría él, tomó un trapo de cocina y se limpió las manos mientras iba a la puerta. Imaginó en ese corto espacio de tiempo cómo sería casarse con Volkov. No tenían mucho dinero, así que no sería la boda que podría llegar a ser, pero no importaba, porque sería perfecto, y su madre podría estar allí con él. Sacudió su cabeza ligeramente tratando de borrar esas ideas que le hacían sonrojar, porque en ese momento no sabía si aquella sería una realidad posible.

-Conque dejándote las llaves eh...- Dijo mientras abría la puerta.- ¿Qué harías sin...?

Dejó la frase en el aire, pues en lugar de encontrar a Volkov, encontró a alguien que esperaba nunca volver a ver.

Maia estaba frente a él, con los brazos cruzados y su típica expresión de molestia. En cuanto el cerebro de Horacio procesó quién era, cerró la puerta de inmediato, notando enseguida los golpes en la puerta.

-¡Horacio, déjame pasar!- Exigía Maia desde el otro lado de la puerta.

"Esto es una pesadilla y me voy a despertar" Pensó Horacio, tratando de ignorar las quejas al otro lado de la puerta.

-¿Qué pasa, no es Viktor?- Preguntó Charlotte asomándose al recibidor.

-No, no, es eh... un vendedor de seguros, son muy pesados, ya sabes ¿Por qué no vas un momento a tu habitación mientras me encargo de esto?- Habló deprisa y atropellando sus propias palabras. Vio la expresión confundida de Charlotte, y no era para menos.- Por favor, mamá... Espera en la habitación.

Charlotte asintió, no muy convencida, pero decidió hacer caso a Horacio. En cuanto su madre desapareció de allí, sacó el teléfono para marcar el número de Volkov, Maia seguía fuera reclamando entrar.

"Si no se calla va a alterar a los vecinos, no quiero llamar la atención..." Eran sus pensamientos mientras escuchaba comunicar la llamada, hasta que Volkov le atendió.

When you're gone - VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora