Capítulo 24: El secreto del príncipe sale a la luz -2° parte-

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El reino de Verpevid es un lugar misterioso y sobrecogedor. Gran parte de la capital del reino está totalmente cubierta por el denso follaje de los enormes árboles del bosque de Bergrim, donde apenas unos cuantos rayos de sol se filtran entre el océano de hojas, reflectando su luz en la sempiterna bruma que existe en el lugar y dotando al ambiente de una atmosfera húmeda, fría y misteriosa.

De no ser por cierta especie de hongos bioluminiscentes que crecen en el suelo, los caminos de la ciudad apenas serían visibles, oscurecidos por la sombra de los incontables árboles, pero especialmente, por la sombra que proyecta el follaje del gran Bergrim, un gigantesco árbol milenario que da nombre a todo el bosque que le rodea.

Buscando combatir un poco este sombrío ambiente, los habitantes de este lugar instalaron infinidad de braseros y lámparas (bien protegidas por paneles de cristal, para evitar incendios accidentales) en casi todas partes, incluyendo troncos de árboles y las paredes de sus pintorescas viviendas arbóreas, constituidas de forma sencilla con palos, planchas de madera, lianas y hojas.

La mayoría de estas casas se sitúan entre las ramas más gruesas y resistentes de los árboles, pero hay algunas excepciones. Entre esas excepciones se pueden mencionar al magnificente palacio real, una enorme fortaleza ubicada alrededor del enorme tronco del gran Bergrim. Sus impenetrables empalizadas y gruesos muros de roca y tierra están entrelazados con las mismísimas raíces del gran árbol, donde se juntan de forma magistral las construcciones artificiales y las estructuras naturales.

Otra edificación que se escapa a la norma son las escasas y refinadas mansiones que se encuentran un poco alejadas del gran árbol, construidas directamente en el suelo y en un lugar donde el follaje no es tan denso, permitiéndoles recibir bastante más luz solar que al resto de los habitantes de Verpevid.

En una de estas mansiones, se encontraba cierto pokémon tipo planta, un pequeño Snivy que portaba una bufanda morada y un libro recién terminado de leer entre sus manos, contemplando todo el paisaje, sentado en el alfeizar de una magnífica ventana de una de las habitaciones más altas del edificio.

Desde su posición, el joven Snivy podía ver no solo los extensos jardines de su hogar, con su césped perfectamente cuidado, decorado con varias esculturas y exóticas flores, rodeados por unas impresionantes murallas de mármol, sino que también podía ver en la distancia, irguiéndose entre la niebla, al vetusto y misterioso Bergrim y las incontables chispas de luz que sus habitantes mantenían encendidas durante gran parte del día entre su follaje.

Al joven pokémon le gustaba imaginar que cada una de estas luces representaba un cálido hogar donde habitaban felizmente los ciudadanos de Verpevid, aunque muy en el fondo, era consciente de la dura y difícil vida que tenían gran parte de los habitantes del reino. Sabía que su familia era privilegiada solo por el hecho de poder recibir luz solar sin problemas durante buena parte del día.

El sonido de una puerta abriéndose lo sacó de sus cavilaciones y el pequeño Snivy se giró alarmado para comprobar quién había entrado.

—¡Sabía que te encontraría por aquí! —afirmó alegremente una refinada Snivy mientras avanzaba con pasos cortos y mesurados—. No tengo dudas de que si por ti fuera, hermano mío, no abandonarías este lugar, donde te quedarías leyendo todo el día.

Por toda respuesta, el pequeño tipo planta asintió algo avergonzado y sonrió tímidamente, confirmando la suposición de la recién llegada, quien después de sonreírle de regreso, cambió su expresión a una más preocupada.

—Por favor, Sorzen, baja de ahí, es peligroso y lo sabes. No tanto por que puedas caer, sino porque alguien podría verte desde fuera.

Obediente a las palabras de su hermana mayor, el pequeño Snivy se bajó del alféizar de la ventana, para luego tomar a duras penas el libro con sus pequeños látigo cepa y dirigirse a charlar con ella, que de inmediato se disculpó.

Pokémon Ausvandel: La academia PlateadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora