Capítulo 05: Lo que los separó

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Hanji miró el reloj, sintiendo el tiempo avanzar de una manera absurdamente irreal, como si estuviera viendo su vida transcurrir y fuese la vida de  otra persona. 

Ella trataba de ordenar sus pensamientos, sin saber qué es lo que iba a suceder ahora con Levi.

Fue a su habitación y se cambió su camiseta manga larga por una más corta y amarilla.  Estaba por cambiarse de zapatos cuando escuchó el timbre.  No creyó que Levi llegara tan rápido.

Abrió la puerta, observándolo con esa expresión sombría y cansada que creaba una muralla metafórica a su alrededor.

—Hola—repitió su saludo de hace minutos atrás.

—Llegaste...— observó ella, dándole paso.

Levi ingresó con cautela, observando el departamento mediano y con un desorden bastante común en ella.  En otras circunstancias aquello lo hubiera hecho sonreír porque era un signo que Hanji estaba en su vida.

Hanji buscó en su bolso el pendrive que Petra le había dado y se lo mostró a Levi.  Ella notó el brillo de ansiedad en sus ojos por aquel objeto.

—Necesito a cambio mi información.— replicó Hanji, su voz bastante tensa.

Levi obtuvo del bolsillo de su pantalón el otro pendrive.  Se lo colocó en su mano y cerró la mano alrededor de la de ella.  Parecía que él quería decir algo, pues abrió la boca, pero de inmediato la cerró. Analizó mejor sus palabras y se decidió a hablar.

—Necesito el pendrive— dijo Levi, soltando la mano de Hanji y extendiéndola para que ella le entregara el otro dispositivo.

Hanji se lo entregó y se volvió, dándole la espalda.  Su corazón golpeando con fuerza en su pecho.  También quiso preguntar, tenía tantas cosas en su mente, pero no sabía por dónde comenzar.

Levi avanzó hacia la salida, su mano tocando la perilla de la puerta.

—También necesito saberlo...— dijo Levi con la voz ronca. —Si alguna vez... me amaste...

—¿Alguna vez lo hiciste tú?— preguntó ella, a su vez.

Levi se mantuvo en silencio unos instantes.

Hanji llegó a pensar que él se marcharía, sin buscar más respuestas porque él tampoco quería dar las suyas.  Cuando se volvió, lo encontró arrimado a la puerta, sus ojos azul gris más sombríos, apagados y atormentados.

—Te lo diré— respondió Levi.  —Dame las respuestas que necesito.  Y te juro que tendrás todas las que quieres.

Hanji se sentó en el sofá más cercano.

—Tú dirás— replicó ella.

Levi se mantuvo arrimado contra la puerta.  Sus ojos fijos en los labios de ella.

—Quiero saber...— comentó Levi. — ¿Por qué?

Hanji se recostó más en el sofá.

—Tienes que ser más específico— dijo, tratando de mantenerse en calma.

Levi soltó esa risa irónica que ella tanto odiaba.

—Más específico— repitió él entre dientes.  Se apartó de la puerta yendo hacia ella, como si fuera un león acechando a su presa.  —¿Qué tan específico puedo ser?

—Lo que desees para que obtengas tus respuestas.

—Umm... ¿Sabes cuándo fue la última vez que hice el amor?

Hanji arqueó una ceja, soltando una irónica risa.

—No me interesa hablar de tus aventuras.— dijo Hanji, empezando a enojarse porque Levi quiera restregarle cómo siguió su vida sin ella.

Adheridos SeparadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora