D I E C I N U E V E

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Bárbara'

Deslicé mis manos por su espalda. Lo quería en todos los sentidos, en cualquier forma, en cualquier lugar.

Sus dedos se enredan en mi nuca y jadeo de emoción.

—Los vecinos nos van a ver. — susurré entre el beso. Muerde mi labio inferior antes de hablar.

—Que miren, saquen fotos y graben. Quiero gritarle al mundo cuanto te amo —Pasó su mano suavemente por mi rostro y besó la comisura de mi boca.

—Hay una casa cerca de acá.  —sugerí, su sonrisa estirada fue suficiente para entender que estaba dentro.

Bárbara;

Leo, ¿Manu durmió?

Leo; Si, está acostado sobre mi pecho.

Sonreí al leer el mensaje, me encantó la forma en que Leo fue atento y cariñoso con nuestro hijo.

Bárbaa;
está bien.
Gracias por todo.

Enrique;
Buena diversión.

Tuve una sensación extraña acerca de tu último mensaje, pero estaba con Mateo y nada se interpondría en el camino.

Me tomó de la mano y me arrastró mientras corría hacia el auto, parecíamos dos adolescentes saliendo del baile de graduación a toda prisa.

Mateo abre la puerta del auto y me besa antes de que entre, pero nos balanceamos en otro beso caliente.

Mi cuerpo está presionado contra el auto, él es increíblemente caliente y con un agarre más sensual de lo que imaginaba.

Sus manos se deslizan por mi muslo y lo aprietan ligeramente, jadea fuera de control.

—Quiero sacarte la ropa acá mismo. —sonrió entre beso y beso.

La casa estaba cerca, gracias a Dios.

Sus manos en mi muslo me estaban volviendo loca, a pesar de que estaban quietas, ahora sé cómo se siente tocarlo y besarlo.

Imposible estar a su lado sin querer entregarme. Cuando estamos cerca, llamo a Gaby, después del tercer timbre ella responde.

—Amiga. ¿Todo bien? —Pregunto.

—Sí, tus papás están bailando. Muy gracioso por cierto.

—¿Está borracha? —pregunta Marco y sonríe. Dios mío, esa sonrisa.

—¿Escabie demasiado o estás con Mateo? —Pregunta sospechosa, y al no responder, un grito seguido de una fuerte carcajada.  —¡Putos! Van a coger, por fin, la hicieron re larga. Me voy a casa jaja, Edu me está cansando... No te preocupes, le echaré un vistazo a Manu.  —Doy un suspiro de alivio y Gaby se echa a reír de nuevo. - Gracias a Dios vas a sacar esta telaraña de entre tus piernas.

Abro mucho los ojos y bajo la llamada por miedo a que Mateo escuche.

Después de algunas palabrotas afectuosas, ambos colgamos.

La habitación es sencilla, las ventanas son pequeñas y las habitaciones también, pero es muy acogedora con colores armoniosos.

Escucho a Mateo cerrar la puerta mientras observo cada detalle. Estoy tan feliz que no puedo mantener mis manos quietas. Estar acá con él se siente como un sueño.

Si es un sueño, ruego y pido que no despierte.

—¿Esta todo bien? —Me abraza cariñosamente por detrás, apoyo mi cabeza en su pecho.

papá sustituto; trueno  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora