꧁Cap. 28꧂

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El día del festival había llegado, los habitantes del pueblo colocaban los últimos adornos para la fiesta que se llevaría acabo esa noche para conmemorar a la bestia de hielo y fuego y su benevolencia al salvarlos de la ira de los soldados del emperador. Aunque muchas almas habían perecido esa noche, el pueblo pudo recuperarse y se mantuvo en pie gracias a la fuerza y valentía de la bestia que los había salvado de sus invasores.

Aquella festividad solo era un recuerdo lejano de algo que sus ancestros vivieron en su momento y, desgraciadamente, nadie veía más allá de eso.

Shoto, aún seguía siendo temido por la bestia que yace en su interior y no como el humano que alguna vez fue.

(...)

Momo se encontraba en la cocina de su casa con una gran sonrisa en su rostro mientras le daba forma a los dulces que vendería en el festival de hielo y fuego siendo asistida a cada momento por Shoto, Kaminari, Jirou, Kirishima y Mina quienes se había ofrecido a ayudarla aunque, la verdad era, de que no tenían ni la menor idea de como hacer un dulce.

—¡¿Qué haces, Denki?! Solo lo tenías que amasar ¡Dios santo!— gritó Jirou al ver a su pareja estropeando uno de los dulces que tanto le habían costado hacer.

—Lo siento, Kyoka, pero, tú sabes que no se me da bien cocinar— dijo rubio electrico avergonzado de su intento de mochi.

—Deberían aprender de mi Ejirou. No ha estropeado ni una sola brocheta de dango— dijo Mina orgullosa recibiendo un beso en la frente por parte de su prometido.

—Tu tampoco lo haces tan mal con esos dorayakis— dijo Kirishima con aquella sonrisa de tiburón que tanto le encantaba a Mina.

—No puedo esperar a que los niños del pueblo lo prueben— dijo Momo con una encantadora sonrisa en su rostro —Me ha costado mucho familiarizarme con las recetas.

—Y como encargada de la organización del festival, estoy agradecida— dijo Mina dando su visto bueno al trabajo de Momo —Ya estaba empezando a preocuparme de quien sería digna de encargarse de la cocina del festival. ¡Qué bueno que te ofreciste en el momento oportuno, Yaoyorozu! No sabría que hubiera hecho sin ti.

Momo sonrió con elegancia al oír los halagos que Mina le dirigía. Siempre le era un placer ayudar a sus amigos en cualquier cosa que necesitaban. Pero, justo en ese momento, el bicolor regresó del almacén de la casa trayendo consigo algunos materiales varios para la elaboración de la comida del festival llevándose consigo la mirada melancólica de Momo por su reciente distancia y frialdad con ella, como si de pronto, se hubiera alejado a propósito.

Momo no entendía el comportamiento distante del bicolor. Tal vez simplemente estaba molesto con el hecho de haber sido ignorado por ella al momento de pedirle que no fuera a Tokio, pero, era necesario que ambos tomaran algo de distancia para pensar las cosas y que aquella pelea no pasara a mayores.
Aunque sabía que Shoto no la habia lastimado intencionalmente, aún se sentía un poco resentida por aquello y estaba segura que alejarse de él por al menos una semana era lo mejor para ambos aunque, lo que encontró en Tokio o específicamente, en la editorial, la hizo dudar enormemente si aquello fue lo mejor.

Suspiro pesadamente mientras incorporaba el azucar a la mezcla de frijoles que había estado preparando todo el rato en que había estado callada. No le había contado la razón por la que ese día había regresado llorando de su viaje a Tokio. Nadie sabía de ese hecho más que Shoto, pero, pensaba que lo mejor era mantenerlo en secreto para no ser bombardeada de preguntas sin razón y preocupar de más al bicolor. No quería ser nuevamente una molestia.

De pronto, la voz de Jirou, la sacó de sus pensamientos y volteandose a su amiga, la pelimorada le susurro cerca de ella para que solo las dos lo oyeran:

"轟" (Shoto) La Bestia de Hielo y Fuego (Todomomo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora