Cap 2 "Enfrentamiento"

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(Bueno, nadie ha leído pero tengo la esperanza de que algún día llegué alguien o lo recomiende ;-;)

-Talita, por favor, deja de menearte en la silla.

Lilian peinaba el cabello de su hermana menor pero esta se encontraba demasiado ofuscada de que su padre no le haya permitido charlar con el Rey Edmund cuando arribó a Anvard junto con su tropa.

-¡Tú no me entiendes, Lilian! -refunfuñó Talita entre dientes- Muchos caballeros, e incluso Lord Croi, me han comentado que el Rey Edmund es un gran espadachín digno de envidiar y admirar. Solo quería comentarle que yo también puedo pelear como él y que deberíamos tener un combate durante su estadía en Anvard pero ¡Zas, mi padre te tomó de los hombros y te pone delante de mí para no permitirme charlar!

-A nuestro padre solo le preocupa que el joven rey hubiera arqueado una ceja cuando se lo comentaras -rió Lilian- ¡Todo el mundo lo hace cuando ven que una de sus princesas esta mas preocupada de espadas y cotas de malla, que de bailes y bellos vestidos!

Talita se cruzó de brazos y arrugó la nariz esperando que su hermana terminase de hacer su característica trenza en su cabello.

-Además, no era la instancia correcta para hacer ese comentario -replicó Lilian, tomando un rol mas maternal.

Ya amanecía en el montañoso país de Archenland: los rayos matutinos entraban por las ventanas e iluminaban parte del interior de los aposentos de ambas jóvenes. A pesar de haber un anuncio de guerra mediante cartas de amenazas, la vida en Anvard debía continuar igual que un día normal para producir ingresos. Las dos muchachas se preparaban para ir a las clases de historia con la profesora en la biblioteca real.

Talita y Lilian se llevan por dos años diferencia. Son muy diferentes pero se llevan bastante bien para ser polos opuestos. Lilian, la heredera al trono, era una joven muy querida por el reino. Linda, amable, culta, atenta y cumpliendo el rol de madre para su hermana menor. A cualquier habitante que le consulten , estan muy felices de que ella sea la reemplazante del Rey a futuro.

Ambas iban a paso rápido por los pasillos del castillo tratando de capear el frío que hacía por esos días y subieron a toda prisa por las angostas escaleras, hasta perderse por el pasillo final, donde se ubicaba la biblioteca. Ambas tenían clases personalizadas solo para ellas dos: aprendían desde historia hasta pasos de baile básicos, pero ese día hubo una fijación en las poesías. Lilian se ubicó al medio de la sala y comenzó a recitar una de memoria. La profesora lucía maravillada mientas la escuchaba recitar pero Talita se distrajo mirando por el ventanal y se encontró con una maravillosa vista al patio central de Anvard, lugar a cielo abierto y además, donde se ubicaron las tropas locales y visitantes a crear estrategias, practicas y darle filo a sus espadas.

-Profesora -interrumpió la muchacha.

-¿Sucede algo, alteza?

-Eh, sí... Olvidé mi cuaderno... ¡Mi cuaderno donde escribí mi poesía!

-Pero hoy la poesía debía estar aprendida de memoria, alteza.

-Es que... ¡Profesora, usted sabe que soy diferente a Lilian! -se excusó entre risas la joven- Yo a veces olvidó las cosas... y esta es la ocasión.

La profesora respiró hondo pues en el fondo sabe que trata de evadir su clase (como otras tantas veces) y le permite ir por el "dichoso cuadernillo". Al salir, Talita se cubrió la cabeza con su túnica burdeo con la que suele abrigarse durante la época invernal y bajó las escaleras a toda prisa en dirección al patio central. Lilian, desde la sala, presintió que en algo raro se había metido Talita.

La joven miró a todos lados como si se tratase de una prófuga y buscaba señales de la presencia de su padre o Lord Croi por los pasillos: Ninguno de los dos merodeaba al rededor. "De seguro están en alguna reunión o algo aburrido" pensó.

La Propuesta (Edmund Pevensie Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora