Obsession | HyunLix

8 | Error

—Felix, ¿Qué es lo que planeas hacer?— pregunta Jeongin.

—Han, ¿Puedes forzar cualquier cerradura?— pregunto volteándome hacia él.

—Sólo tengo que verla, y voy a necesitar un destornillador y un martillo— Menciona Han.

Luego de haber desayunado, se me ocurrió la idea de entrar a la casa de mi vecino y enfrentarlo "como un hombre" sin importar las consecuencias que traigan lo que iba a hacer.

—Bien, los buscaré— me pongo de pie, hacia un cajón bajo donde había una caja de herramientas. —Aquí están, vamos, Han.

—¿Pero qué vamos a hacer Lix? Ayer no dijiste nada y estoy totalmente en el aire, no sé qué rayos pasa— dice Han muy confundido, recordé que no le había hablado sobre mi vecino.

—Mira, esto es lo que pasa, tengo un vecino que me tiene hasta la madre con un jueguito que no es para nada agradable, luego te platico sobre él pero ahora quiero ponerlo en su lugar, otra vez y no morir en el intento— tomo las herramientas que Han había mencionado entregándoselas y camino para salir de la casa.

—Oye, ¿Qué pretendes hacer? No lo harás sólo— Bang Chan se pone justo en medio deteniéndome.

—Es mi problema y voy a resolverlo sólo, no quiero que estés involucrado— digo serio, mirándolo a los ojos.

—¿Y Han qué?— pregunta.

—Sólo me ayudará abriendo la puerta, regresará una vez termine.

—Grita si necesitas ayuda— dice y se mueve dejándome pasar.

Tomo a Han del brazo dejando la cocina para ir a la puerta de la casa. Mi estómago era un remolino y mi corazón bombeaba a mil por hora, me acercaba a la casa y podía escuchar las voces en mi mente diciendo que me arrepienta, pero ya estaba aquí y quería detener a ese idiota.

—Aquí es— ambos nos detenemos frente a la puerta de aquella casa. Han mira detalladamente la cerradura, sólo poseía una.

—Lix, ¿Estás seguro de esto? Sabes que podríamos ir a la cárcel por esto— dice Han un poco preocupado.

—La situación la tengo controlada— mentí. —Entonces, ¿Está difícil abrirla?

—Para nada— Han rompe la única cerradura con un solo y fuerte golpe del martillo. Tenía una habilidad con las puertas increíble, no se dónde lo había aprendido, pero sirve de mucho en algunas ocasiones, esta vez, estaba seguro de que no la utilizó en lo absoluto.

—¡Han!— exclamo casi susurrando. —Hablaba de forzarla, no romperla.

—Que se joda ese tipo— suelta una risa. —Me iré, sal corriendo y gritando a todo pulmón si puedes, vamos a estar viendo por si acaso sucede algo— finaliza y se va casi corriendo.

Muevo la cerradura que está colgando de la puerta, esta se cae haciendo que sus partes se regaran en el piso amaderado del porche.

—Yo no voy a pagar eso— pienso en voz alta.

Empujo varias veces la puerta, abriéndose en el tercer intento e igualmente cayendo la otra parte de la cerradura dentro de la casa.

—¡Mierda!— dije entre dientes.

Me adentro a esta, viendo a mi alrededor, estaba todo oscuro, se podía ver algo por a luz que entraba por la puerta y por las ventanas. La sala está vacía, ningún mueble en ella, justo como lo había visto hace unos meses cuando me la presentaban. Encendí la linterna de mi celular y sigilosamente revisé la primera habitación, nada, estaba vacía, la segunda también lo estaba. Baje hacia la habitación que se encontraba en el sótano, era muy notorio lo nervioso que me sentía, mi respiración agitada y con el silencio que había en el lugar se podría escuchar mi corazón a una corta distancia. La puerta de la habitación estaba abierta, entro a esta pero tampoco hay nada, ningún rastro de que alguien haya estado presente en el lugar.