- ¿Horacio? - Preguntó Volkov un poco soñoliento. Había pasado toda la noche esperando por su pareja. Sin embargo, el sueño le había ganado. Últimamente, no podía exigirle mucho a su cuerpo.
- ¿Viktor? ¿Qué haces despierto a esta hora? Además, ¿qué haces aquí abajo? Te puedes resfriar...
- Estaba... estaba esperándote. No podía dormir sin saber de tí. Te mandé unos mensajes y no recibí respuesta. Por ello, pensé en quedarme aquí. Si no llegabas pronto, iba a salir a buscarte de inmediato. Solo... solo estaba preocupado por tí, Horacio. - Señaló con un tono cansado y un poco avergonzado.
Todo este tema de las relaciones de pareja era nuevo para él. No quería sofocar al menor y mucho menos hacerlo sentir vigilado. Sabía que debía darle su espacio. No obstante, no podía dejar de sentir inquietud al desconocer la ubicación de su amado.
- Vik, amor, ¿qué voy hacer contigo?... Ya habíamos hablado de esto. No tienes porqué preocuparte de más, el trabajo es un poco pesado. No hay nada nuevo o fuera de lo común. Solo un deprimente papeleo que debo terminar para cerrar los últimos informes del año. Todo está bien, si hubiera algo malo, tú serías la primera persona en saberlo. Ahora, los mensajes no me llegaron. Tú sabes que tengo que cambiar ese móvil de los cojones. No me sirve para nada. Siempre estoy perdiendo llamadas y textos, como hoy. Imaginate, me escribió la persona más importante para mi y no le pude responder. - Contestó el chico de cresta dejando su chaqueta en el mueble de entrada. Luego de ello, se sentó junto a su novio en el gran sofá de la sala. Sin dudarlo, agarró sus manos, entrelazando sus dedos. - Vik prométeme que vas a descansar. Necesito que te recuperes pronto. No quiero que pienses cosas de más, las cuales puedan interferir con tú proceso, ¿vale? Todo está bien y aquí estoy para tí... No sabes cuánto me haces falta en la sede. Tú eres mi motor Viktor, por eso, tienes que sanar bien... No quiero que te vuelvas a lastimar...
- Lo siento люблю, lo siento mucho. No quise... no quise incomodarte ahora. De verdad, se me hace muy complicado todo esto. Yo... yo quiero estar a tu lado, apoyándote y cubriendo tu espalda. Solo... solo estaba preocupado, porque tampoco quiero que te lastimen. Sé que eres un gran agente, incluso, mejor que yo... pero, no puedo evitar pensar que nadie te protegería como yo. Horacio... yo... por tí haría lo que sea. Eres la persona más importante para mi... Solo quiero tu tranquilidad. - Dijo el ruso reforzando su agarre, acercando lentamente su cuerpo hacia el menor.
- Lo sé mi amor, lo sé. Aprecio mucho tus cuidados y sentimientos hacia mi. Pero, justamente por dichas emociones, te pido que te pongas en mi lugar. Así como tú me amas, yo te amo a tí. Así como tú me quieres proteger, yo también quiero resguardarte. Créeme que ver como te abatían a mi espalda no fue nada gracioso... La doctora fue clara, debes descansar y recuperar tus fuerzas. Las suturas deben sanar con tiempo, para evitar una hemorragia interna. No estrés y solo mimos para mi hombre preferido... - Al terminar lo dicho, Horacio se acurruco sobre el pecho de su pareja. Podía sentir su dulce aroma a vainilla y alcohol.
Sin explicación, comenzó a repartir pequeños besitos en el cuello de su rusito, ganando como recompensa el hermoso sonido de su risa. Amaba tanto acariciar y mimar a su novio. Sin embargo, no todo era maravilloso, pues una melancolía lo abrumó de inmediato. De ese modo, recuperó su postura y soltó el agarre de sus manos para llevarlas al rostro del mayor. Necesitaba contemplar aquellas inigualables orbes grises que tanto lo enamoraban a diario.
- Viktor, mi amor, casi te perforan el hígado. Estuve a nada de perderte... Estuve a nada de perder al amor de mi vida. Mi mundo, mi todo. Por favor, solo... Sólo recupérate pronto.
Entre las hermosas palabras y el tacto suave de su pareja, Volkov sintió como su corazón era desbordado por una cálida euforia. En ese preciso momento recordó porque era capaz de interponerse entre las balas por Horacio. Desde que reconoció la verdadera naturaleza de sus sentimientos hacia el menor, su vida adquirió un nuevo significado. Amaba a su pareja con todas sus virtudes y defectos. Luego de muchos años, por fin había alcanzado la felicidad. Vivir al lado de H era una bendición. Por ello, juró proteger a su nuevo hogar. Sin importar el precio, Horacio siempre sería la respuesta. De ese modo, envuelto en el afectuoso ambiente, Viktor acarició el mentón del menor, para después unir sus labios en un embriagante beso de amor.
ESTÁS LEYENDO
Dudas
FanfictionLa relación entre Horacio y Volkov se complica por una serie de eventos, generando varias dudas sobre su amor. No obstante, sin darse cuenta, dichas dificultades solo entrelazan aun más sus caminos.