El sonido de una llamada entrante lo distrajo. Era Cristóbal.
―Ahora estoy desocupado, Esteban, dime, ¿qué pasó?
―Ros se fue.
―Pero ¿así, sin más?
―Discutimos, me acusó de que yo no me ocupaba de ella, que solo le daba el dinero, que nunca les daba tiempo.
―¡Eso no es cierto! ¿O sí?
―Claro que no. Bueno, este último tiempo estoy con un poco más de carga de trabajo, pero es para dejar todo arreglado y dispuesto para pasar unas vacaciones en Antofagasta, intenté explicárselo. Debo admitir que yo también dije cosas que no debí.
―¿Qué le dijiste?
―Le dije que a ella no le importaba gastar el dinero que yo ganaba con el trabajo que tanto le molestaba, casi le saqué en cara lo que ella compraba.
―Esteban...
―Pero es que... Ella me pidió dinero para comprar los regalos y no ha comprado nada. Dijo que necesitaba ropa y zapatos, ¿lo puedes creer? ¡Tiene un cuarto solo para sus cosas! No puedo creer que ella también me haya fallado, Cristóbal, Tomás me había advertido que ella andaba en malos pasos; claro que él no cree que me sea infiel, como ella claramente me lo admitió. Se fue con otro.
―Esteban, ¿qué te puedo decir? Es una situación tan extraña, yo dudo que ella... ¿Por qué? Ella te amaba, se vino a Chile a vivir por amor a ti, ¿por qué te engañaría? No sé, algo raro hay aquí.
―Yo también creo que hay algo extraño aquí, pero tampoco quiero equivocarme y pensar cosas que no son.
―¿Qué harás?
―Por el momento, no permití que se llevara a Eloísa, creo que esperaré a ver a dónde va y lo que hace para saber qué medidas tomar.
―¿Ordenaste que la siguieran?
―No es necesario, ella tiene escoltas que la cuidan a todas horas.
―No pregunté por sus escoltas, ¿la mandaste a seguir?
―En exclusiva, no.
―¿Le pediste a Tomás que la mantuviera vigilada?
―No.
―¿Y si ellos creen que no es necesario seguirla ahora que no está contigo?
―¿Por qué harían una cosa así?
―Porque ya no está contigo.
―Tomás cree que ella no me es infiel, seguro que la hará seguir para conocer todos sus pasos.
―No te veo muy preocupado por eso, ¿qué pasa?
―No quiero derrumbarme, Cristóbal, no puedo derrumbarme, tengo dos hijos que me necesitan, que me tienen solo a mí, ¿te das cuenta de que ya ni siquiera tengo a mamá para que me ayude? No puedo derrumbarme, pese a que quisiera terminar con todo ahora mismo.
―No digas eso.
―Lo digo, Cristóbal, lo pienso, estoy cansado de equivocar el camino cada vez. Si Ros me ha sido infiel, si Ros me engañó... Ya no sé... Ya no quiero otra mujer en mi vida, si no es ella, no quiero a nadie.
―Lo siento tanto, amigo, no sé qué decir, me gustaría estar allá contigo, yo...
―No digas nada, solo quería hablar, ahora debo retomar mi vida sin Ros, si ella se fue, yo debo seguir adelante por Lucas y Eloísa. Además, muy pronto estaremos por allá, Lucas saldrá del colegio la próxima semana y lo enviaré enseguida, está ansioso por ir a ver a Nicole y a Daniela, con Eloísa viajaremos la semana que le sigue, me estoy apurando para poder viajar sin problemas.
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Seguirás siendo mía (Posesión parte 4)
RomanceLas cosas en las familias Medero y Arriagada se supone que están bien. Después de que Verónica muriera a causa del disparo de Nicole y de que Esteban se recuperara milagrosamente, esperan que las cosas marchen bien, el problema es que con Klaus en e...