Un año ha pasado desde que Jin Ling asumió el liderazgo de la secta Lanling Jin.
"Arreglar lo que otros hicieron", en esto se resumía su año.
Y no había tenido problemas tan graves... bueno, solo hasta ahora.
- "Joven amante", cuando te llamo de esa...
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SiZhui lo presionaba contra el suelo, haciendo que el separarse tan solo un milímetro de la fría superficie fuera una tarea casi imposible para Jin Ling, aunque la boca del menor perdió el ritmo cuando unas cálidas manos lo rodearon por su cintura.
Como respuesta a su acción, las piernas del joven Jin se abrieron un poco más para darle comodidad a SiZhui que estaba entre ellas.
El beso que compartían era estimulante, llevaban un largo tiempo devorandose de esa forma y la fricción en sus caderas solo provocó que un gemido fuera arrancado de los labios del Jin. Solo cuando ese gloriosos sonido atraviesa la habitación, ambos se separaron para coger aire.
Un fuerte rojo bañaba por completo el rostro de Jin Ling y el chico solo cubrió su rostro con las mangas de su túnicas blancas en un intento por ocultarse de esos penetrantes orbes plomizos que se posan sobre él.
—A-Ling, déjame verte.
Lan SiZhui pidió mientras tomaba las muñecas del Jin entre sus manos, con un jalón suave logró exponer el rostro de su malhumorado novio. Jin Ling giró su rostro para no mirarlo, aunque gracias a la nula resistencia que puso en sus manos, el mayor sabe que no es porque sintiera vergüenza.
No, la molestia tiene otro motivo y el Lan sabe cuál es.
—Lo siento, baobei. No volveré a llegar tarde.
Esa mañana, mientras la pareja se envolvía en un abrazo bajo las mantas de su cama, el mayor había hecho la promesa de llegar temprano para acompañar a Jin Ling en la soledad que le producía mantenerse en la cabaña.
Últimamente el trabajo como mentor de los juniors de la secta incrementó y Lan SiZhui ya no volvía a tiempo para preparar la cena. No importaban realmente; Jin Ling fue adiestrado por su JiuJiu para la preparación de platillos sencillos unas semanas atrás y el hambre no era el problema, así que al volver a casa la cena ya se encontraba servida.
Y aunque su novio no se quejara por eso, la molestia sobre su ausencia sí era notoria.
Pero hoy fue un día extenso; muchos reportes sobre cacerías que leer, informes de misiones que aprobar, exámenes que calificar... Sí, SiZhui no logro cumplir con su promesa y al volver, encontró a Jin Ling leyendo frente al estanque.
Su entrecejo estaba fruncido y el tono que uso para contestar a su saludo no fue agradable.
SiZhui no solo podía quedarse de brazos cruzados mientras la furia incrementaba y cuando Jin Ling entró a la cabaña para descansar, el Lan fue tras él.
Un beso de disculpa se convirtió en una batalla y luego esa batalla se convirtió en una escena sobre el suelo.
En la misma linea actual, Jin Ling no solo podía aceptar esa disculpa y ya. Como pudo, se las ingenio para salir de aquella posición extraña e irse sin darle la respuesta que Lan SiZhui quería escuchar.
