🔆Capítulo 5| Fiesta de Grace 1🔆

942 83 0
                                    

POV CHRISTIAN

Estaba a punto de partir hacia la fiesta que mi madre daba cada año con motivo de su cumpleaños, una gran pantomima para el círculo social de hipócritas que ellos frecuentaban y la oportunidad perfecta para guardar las apariencias y mostrarles a todos que éramos la familia ideal. Estaba seguro de que allí iba a encontrarme con varios indeseables.


-Gracias por acceder a acompañarme.

-No me lo agradezcas, ya te he dicho que esto no es gratis. —Esperaremos a que tu madre corte el pastel y luego nos iremos de fiesta tú y yo, como en los viejos tiempos. —Bueno, va, como antes de que te enredaras con Leyla, porque luego pareció que ella te había sorbido el cerebro. —Maldita la hora en que te incité en que te la tiraras, me siento tan culpable por convencerte de ello...

-Deja de decir tonterías, tú no eres culpable de nada. S—i me enredé con ella fue por propia voluntad, ni tú ni nadie me puso un arma en la sien y me obligó a hacerlo. —Por cierto,dejemos el tema: déjame agradecerte la ropa.

-Evidentemente no podía dejar que te presentaras con tu atuendo de surfista, pues se te congelarían las pelotas en la época en la que estamos, y tampoco pegaba que fueras con el traje de snowboard.

-Imagínate la cara de Carrick si me viera llegar así.

-Sería el menos indicado para reprocharte nada, pero tu madre... sin duda se horrorizaría, estoy seguro. Grace siempre va impecable.

-Ella siempre ha vivido una vida superficial, pero es feliz así. —Prefiere ocuparse de esas cosas triviales; fue educada y criada para eso, para ser una correcta dama de sociedad, aunque también es una excelente madre y esposa, no tengo nada que reprocharle.— Después de todo, cada uno vive su vida como quiere..., si no, mírame a mí.

-¿Tu padre es realmente tan buen embustero que ella ni siquiera sospecha que le pone los cuernos?

-Al menos, mientras yo estaba aquí, así era..., la trataba como a una reina. —Si yo no lo hubiera visto enterrado en el coño de Leyla con mis propios ojos, si sólo me lo hubieran contado, tal vez no lo hubiese creído. —Quizá habría pensado que se trataba de un plan para hacernos daño. —Mis padres, a simple vista, siempre han sido una pareja ideal, perfecta. ¡Si hasta deseaba para mí la felicidad que, en apariencia, tenían ellos!

-¿Nunca sospechaste nada? ¿Nunca advertiste, no sé... miradas... gestos...?

-No quiero continuar hablando de eso. —Fui un idiota, lo asumo, pero ya basta. —Esta noche mi orgullo está bastante susceptible, así que, por favor, dejémoslo ya..., se supone que eres mi amigo.

-Oye, no me malinterpretes, sólo te lo he preguntado por saber si es cierto eso que dicen de que el cornudo siempre es el último en enterarse.

-Creo que, en realidad, uno no quiere ver lo que está a la vista

-Entonces... sí, notaste algo.

-Supongo que sí, pero decidí darle otro sentido..., pero, bueno, ¿es que acaso no vas a parar?

-La verdad, quizá estoy buscando que reacciones. —Quisiera que explotases y se desbaratase todo, para que tu padre no siguiera yéndose de rositas. —Ya te lo he dicho en cuanto has puesto un pie en Nueva York: te quiero de regreso, Christian; quiero a mi amigo de toda la vida aquí, conmigo.

Asistente de Compras - Grey 《Christian y Ana 》Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora