Ser omega en un mundo dominado por Alfas es extremadamente difícil.
JongIn es un omega que apenas puede sobrevivir solo, la mayoría del tiempo evita a los imponentes Alfas.
Pero el destino le tiene preparada una terrible sorpresa... Está destinad...
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- Mami, Mami ~~- lloraba el pequeño JongIn. Sus manitas cubriéndose sus ojitos, no puede ver tal horror.
- Bebé, corre mi amor, corre- gritaba la mujer omega, quien estaba siendo cruelmente atacada por un alfa.
- ¡Cállate perra!- le da una bofetada en la cara.
JongIn se levanta y corre a su habitación. Esta vez tapa sus oídos con sus manitas, para evitar escuchar los quejidos de su pobre madre, pero ¿como un pequeño omega de cinco años podría ayudar?
Él lloraba desesperadamente.
- ¡Ya basta! ¡Yadeja a mi Mami! ¡para! ¡para!- se balanceaba en el suelo con sus manitas en la cabeza, susurraba y lloraba, sólo quería quetodo terminara.
JongIn ya no escuchó ruido y de a poco a poco se asomó fuera de su habitación, su Mami yacía en el suelo inconsciente, pero el enorme alfa aún estaba ahí, solo mirándola con una sonrisa burlona en su rostro.
JongIn sintió náuseas. Tapó su boca y trató de evitar sollozar, pero todo era tan espantoso. El hombre lo miró.
- Cuando crezcas pequeño omega, un alfa te dará lo que mereces...ve bien a tu madre- le dió una suave patada a la pobre mujer- es una zorra, igual lo serás y todos los alfas querrán poner su nudo dentrode ti.
JongIn tan pequeño e inocente no entendía por completo lo que el asqueroso hombre le estaba diciendo. Pero grabó las palabras muy en el fondo de su mente.
El alfa dió unos pasos hacia él, con esa sonrisa inmunda. JongIn quería correr pero sus piernitas no se movían, podía sentir la respiración de ese alfa cada vez más cerca...más cerca y más cerca...esperando por lo peor.
