𝐈 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒 | 𝗠𝗜𝗥𝗜𝗔𝗠

𝟬𝟭 // 𝗟𝗮 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗮

─𝐌𝐀𝐃𝐈𝐄─

-"Papá, ¿ya llegamos?" Miro por la ventana, repitiendo la pregunta casi cada 5 minutos.

-"Ya casi. ¡A la vuelta de esta intersección está el camino, de nuestra nueva casa!" Dice entusiasmado.

-"Vaya, finalmente!" Digo abanicándome la cara.

El coche siempre está caliente y papá no quiere arriesgarse a que las ventanillas se atasquen de nuevo.
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Bien, supongo que debería hablar sobre que hago aquí.

Mi nombre es Madie, Madie Stoll.
Y me mudo por mi mamá. Murió hace un par de meses y papá no pudo soportar la angustia de vivir en la casa en la que ella creció. Nunca antes me había mudado a ningún otro lado por el hecho de que mamá le tenía mucho cariño a la casa.

Bien, suficiente con la tristeza. Como dije, soy una chica de 14 años y tengo toda una vida por delante.

Mis amigos de la antigua ciudad eran un par de idiotas, espero encontrar nuevos aquí.

Nos mudamos de Florida a Toronto, es un viaje MUY largo, y cansado.

Después de todo, les contaré algo. Tengo un pequeño gran secreto...

Un secreto el cual nadie conoce, excepto yo y mi ex "mejor amiga." Un secreto que cambiaria mi vida si alguien lo supiera.

Me gustan las chicas y los chicos. Es decir, me gustan ambos sexos, Lo que intento decir es que soy bisexual.

Se volvió un secreto desde el momento que se lo conté a mi "mejor amiga", ya que en mi antigua escuela se lo confesé y ella me rechazó con dureza, por el hecho de que también me gustaban las chicas, y tenía miedo a que yo me "enamorará" de ella.
Entonces desde ese momento aprendí por las malas, a no decírselo a nadie. Ni siquiera a papá...

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El ruido de la grava triturada invadió mis pensamientos e inmediatamente supuse que estábamos en la nueva casa, y no me equivoqué.

Desde el primer vistazo no supe qué pensar. Era una gran casa, y era hermosa.

Entré a lo que parecía el lugar más tranquilo del mundo, apenas se escuchaban mis pasos, estaba tan vacío.

Las paredes eran de un púrpura desteñido, con estampados antiguos, si es que así lo podemos llamar.

Me acerqué a las escaleras para poner un pie sobre estas, sorprendentemente estas no rechinaban, como lo hacían las de mi antigua casa.

-"No es mucho, pero te prometo que podemos trabajar con eso." Dice papá poniendo sus manos sobre una mesa que estaba por ahí mientras miraba su alrededor.

-"Esto está bien. ¿Cuándo volverá el camión de la mudanza?" Pregunté.

-"Está noche, cariño" Dice.

Lo único que quiero en este momento es tirarme en mi cama ahora mismo.

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-"Madie, ¡el camión de mudanzas está aquí!" escuche a papá gritar.

Corrí escalera abajo. Miré todo y deduce qué qué tardariamos alrededor de 20 minuto en desempacar todo, pero valdrá la pena.

Tomé las cajas que decían mi nombre y volví a mi habitación desempacando todo de inmediato.

Mi colchón y mi cama ya estaban en mi habitación, por lo que era solo colocarles las sábanas y limpiar el poco polvo que estaba esparcido por el suelo de la habitación.
Comencé a colocarles frazadas a mi cama, junto con las almohadas y uno que otro peluche.