¿Aún me extrañas?

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Te extraño tanto Park Jimin. Si pudieras escuchar mis lamentos y plegarias seguro volverías corriendo a mi lado sin dudarlo, seguro que si me vez así de roto no dudarías en abrazarme con fuerza hasta que los pedazos de mi alma vuelvan a ser una.

Extraño todo de ti, hasta sentir tu colonia en el bus me desespera y busco ansioso entre la multitud de dónde viene ese aroma que trae a mi memoria tu piel tersa y suave, pero caliente como el infierno. Tú te quejabas de que mis manos estaban frías siempre, pero creo que eras tú que ardías siempre.

Hoy el día no ha sido diferente a los que ya me acostumbré con tu ausencia. Mamá me visita a diario para preguntarme si me encuentro bien y es claro que respondo que sí, que todo está de maravilla y trato cínicamente de fingir una sonrisa para no preocuparla.

Los pasos para ir a la universidad se me hacen tan pesados y agotadores que quiero volver a estar en mi cama. Estando allí también siento que el cuerpo me duele y pesa, pero por lo menos puedo cubrí mi cuerpo, cerrar mis ojos y llorarte más cómodamente. Si vieses mis notas seguramente te decepcionarías porque ya le he perdido el gusto a esta carrera que juraba hace meses atrás amarla. Mis amigos también se preocupan como mamá lo hace, solo que con ellos sí puedo llorar.

Te gustaba verme tocar el piano cada vez que venías a casa a visitarme, pero esta pequeña rutina nuestra se vio interrumpida cuando mamá y papá se enteraron que estábamos saliendo, pero eso no te desanimó. Aprendiste a trepar los muros de mi casa y entrar por mi ventana todas las madrugadas para sorprenderme con tus abrazos y besos. Con los días yo era quien te esperaba despierto esperando ver tus cabellos asomarse.

Los meses transcurrieron y ya había acabo la secundaria de golpe, ya estaba listo para entrar a la universidad y estudiar lo que más quería, música. Tu aliento y apoyo me ayudaron a no tener miedo de un día quedarme sin dinero o con hambre. Siempre decías que era horrible vivir haciendo algo que no amabas, por ello preferirías morir antes de tener una vida tan miserable. Morir, me hablabas de la muerte tan a la ligera que al inicio solo lo tomaba como un chiste pesado.

Ya estando en la universidad y teniendo solo el apoyo parcial de mis padres tuve que trabajar para costear los gastos, tú aún estabas en secundaria y me decías que le tenías miedo a ser adulto, que eran muchas responsabilidades. Solo nos llevábamos por dos años, pero me tratabas como un anciano a punto de jubilarse.

Hasta ahora te escribo canciones, canciones de tus ojos brillosos, tus labios frescos y suaves, tu mirada coqueta, tus manos pequeñas, tus hombros firmes. Escribo canciones de cada facción tuya Jimin, escribir sobre ti es lo que más me apasiona y también lo hago porque pienso que es la única manera en la que me escucharás.





Podré olvidar hasta mi propio nombre, pero nunca olvidaré el día que te conocí. A mediados de mayo se realizó una feria de ciencias en tu secundario y el mío fue invitado para presenciar el evento. Iba de stand en stand con mi libreta tomando apuntes y haciendo preguntas sobre el proyecto que estaba al frente. Cuando vi que ya tenía los proyectos necesarios para que la profesora me diera una nota aprobatoria, me dirigí a unas bancas a esperar al resto de mis compañeros. Había una gran multitud y entre toda esa gente me llamó la atención una cabellera pelirroja. Juro que antes de verte no había pasado por mi cabeza ver a los hombres como seres atractivos, hasta ahora no los veo así, pero tú realmente te veías cautivador con tu cabello revuelto, camisa mal fajada a tus pantalones y converse. Veía desde metros que eras alguien rebelde, porque tu secundario era católico y tenía fama de ser muy estricto con el uniforme. Reí para mí mismo al notar el contraste de esa idea y tu existencia.

Te seguía con la mirada cautivado, en eso uno de tus compañeros te agarró el trasero a la par que te susurraba algo. Inmediatamente tu puño se estampó en su quijada y una maestra que pasaba cerca los regañó a ambos. Meses después me dirías la razón por la que no eran estrictos contigo.

TE EXTRAÑO ◦•ym•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora