Después de aquel incidente con Katsuki Bakugo no ocurrió nada fuera de lo ordinario, o por lo menos no a tí. Ya que, en un mundo de héroes y villanos con habilidades especiales era casi imposible no presenciar hechos fascinantes.
Tú vida diaria era en realidad bastante normal, tranquila y simplona. Lo cual era bueno, pues podías vivir sin problemas como personaje de relleno.
Era la hora del almuerzo en la U.A y a tu cabecita sólo le preocupaba que elegir de entre la abrumadora variedad de comidas que ofrecía la cafetería.
Posiblemente se debía a las características especiales de sus estudiantes, pero el menú era tan extenso que al ser escrito sobre un papel ocuparía por lo menos tres páginas, además, como si no fuese suficiente, para variar, el menú cambiaba y se rotaba entre semanas. Allí se servía de todo y a las almas indecisas como tú, les requería un buen tiempo elegir.
Una vez que encontraste al plato predilecto, hiciste la fila para comprar con el entusiasmo de alguien que no desayunó en la mañana.
Rápidamente, otra persona se había formado a tu lado. Con el rabillo del ojo, pudiste ver que se trataba de Katsuki Bakugo. Decidiste entonces saludarlo, ya que no querías parecer maleducada con alguien que te ayudó antes. Así que te inclinaste en su dirección y le esbosaste tu mejor sonrisa.
—Hola de nuevo, Bakugo. —lo saludaste alegremente.
—...
Silencio. Pese a ser conocido por ser ruidoso, el muchacho rubio no emitió sonido alguno. Tampoco se movió. Lo único que hizo fué apretar la mandíbula y chirriar los dientes.
Te había ignorado.
Pronto tú también apretaste tu barbilla y desviaste la mirada hacía cualquier otro lugar que te hiciese distraer de la vergüenza. Menos mal no habías sido muy ruidosa y nadie se había dado cuenta.
Por fortuna, la fila de la cafetería no sería eterna y una vez que compraras tu almuerzo y te sentaras a comer, con suerte se te olvidaría aquel pequeñísimo desliz de lengua para el final del día... o bueno... eso era lo que querías creer. Porque una vez que lograste comprar tu almuerzo y tomar asiento, una persona rubia y de ojos rasgados se sentó sin cuidado enfrente tuyo.
—Hola. —lo oíste mascullar una vez que se sentó.
No le entendías para nada...
—Hola. —lo saludaste de vuelta.
—¿Porqué me vuelves a saludar? —preguntó Bakugou en tono neutral.
—¿Porque pensé que no me habías escuchado la primera vez? —contestaste con tranquilidad.
En ese momento la mirada de Bakugou adquirió una extrañamente indescifrable expresión, sus labios y entrecejo estaban fruncidos, sin embargo, él no parecía enojado. Era complejo adivinar que era lo que estaba pensando.
—Si te escuché. —articuló con dificultad entre dientes— Sólo...
Y de nuevo se quedó en silencio.
—¿Sólo?
—Olvídalo. —y se rindió a medio camino.
El expresarse al parecer no se le daba bien. Por lo que, en lugar de insistir en entablar una conversación, ambos decidieron empezar a comer en su lugar.
El plato de Bakugo era mapo tofu, un plato chino con carne cargado de especias.
—Nombre. —lo escuchaste murmurar de nuevo.
Soprendida por su repentino intento de hablarte, levantaste la mirada de tu plato para verle y pudiste ver como sus ojos brillaban con intensa curiosidad.
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🧨La Extra Y El Héroe Explosivo🧨 Katsuki Bakugou
FanficEres una estudiante del departamento de gerencia de la UA. Un día, te topas accidentalmente con nada más ni nada menos que Katsuki Bakugou, del departamento de héroes, quien es conocido por su violenta naturaleza. Extrañamente, tras interactuar con...